No cabe ninguna duda de que existen multitud de pueblos llenos de encanto, historia y paisajes cautivadores. Ya sea entre montañas y rodeados de vastos valles y bosques, o en aldeas costeras y frente al mar, lo cierto es que explorar la geografía supone un auténtico choque de contrastes.

Aun así, no todas las localidades gozan de la misma reputación en cuanto a belleza se refiere. De hecho, hay municipios que, por diversas razones, han recibido la etiqueta de estar entre los pueblos "más feos".

¿Qué significa ser "feo"?

Antes de abordar cuál es el pueblo más feo del Estado, es importante reflexionar sobre lo que significa que un lugar sea considerado feo. La belleza es un concepto subjetivo; lo que a unos les parece atractivo, a otros les puede resultar poco atractivo.

En el caso de los pueblos, la percepción de fealdad puede estar influenciada por factores como la arquitectura desordenada, la falta de mantenimiento, la industrialización sin control, o la ausencia de elementos estéticos.

En la mayoría de los casos, los pueblos catalogados como "feos" no carecen de historia o cultura: pueden haber sido víctimas de un desarrollo urbano poco planificado o de un crecimiento acelerado.

Además, hay cuestiones económicas que juegan un papel importante. Es decir, las localidades que no han contado con los recursos necesarios para la renovación y el mantenimiento pueden acabar con una apariencia descuidada.

Los pueblos menos agraciados

Sabiendo que decantarse por un determinado municipio del Estado como el más feo es una tarea muy dura y sin criterio claro, la revista 'Viajar' ha elaborado este verano un listado de los pueblos menos agraciados que podemos encontrar en cada comunidad autónoma.

Tal y como apuntan desde este medio, han tenido como apoyo algunos tópicos respecto a estos lugares, las opiniones de turistas y el criterio de la inteligencia artificial. Del mismo modo, recuerdan que cada uno puede tener un atractivo personal para cada cual. 

  • A Coruña: Narón
  • Álava: Llodio
  • Albacete: Pozo Cañada
  • Alicante: San Vicente del Raspeig
  • Almería: El Ejido
  • Asturias: Avilés
  • Ávila: Las Berlanas
  • Badajoz: La roca de la Sierra
  • Baleares: Lloret de Vistalegre
  • Barcelona: Santa Coloma de Gramenet
  • Bizkaia: Barakaldo
  • Burgos: Belorado
  • Cáceres: Miajadas
  • Cádiz: Los Barrios
  • Cantabria: Maliaño
  • Castellón: Sant Mateu
  • Ciudad Real: Puertollano
  • Córdoba: Fuente Palmera
  • Cuenca: Tarancón
  • Girona: La Jonquera
  • Granada: Iznalloz
  • Guadalajara: Alovera
  • Gipuzkoa: Beasain
  • Huelva: Palos de la Frontera
  • Huesca: Alins del Monte
  • Jaén: Guarromán
  • La Rioja: Azofra
  • Las Palmas: Vecindario
  • León: La Robla
  • Lleida: Alfarràs
  • Lugo: Folgueira
  • Madrid: Valdemoro
  • Málaga: El Sexmo
  • Murcia: Las Torres de Cotillas
  • Navarra: Eulate
  • Ourense: O Barco de Valdeorras
  • Palencia: Grijota
  • Pontevedra: Tomiño
  • Salamanca: Santa Marta
  • Segovia: Bernuy de Porreros
  • Sevilla: Villanueva del Río y Minas
  • Soria: Las Cuevas de Soria
  • Tarragona: Perafort
  • Santa Cruz de Tenerife: Guargacho
  • Teruel: Alloza
  • Toledo: Illescas
  • Valencia: Paterna
  • Valladolid: Alaejos
  • Zamora: Villalube
  • Zaragoza: Samper del Salz

¿Por qué Llodio? Este es el motivo 

Llodio, también conocido como Laudio, es el segundo municipio más poblado de Álava después de Vitoria. A pesar de su tamaño y su importancia económica, no es precisamente conocido por su belleza. 

Su ubicación geográfica, en pleno valle del Nervión y rodeado de montañas, convierten el entorno natural de Llodio en un lugar relativamente atractivo. No obstante, su núcleo urbano contrasta con el área en donde está situado. 

De hecho, la expansión industrial de la localidad durante el siglo XX dejó su huella en el paisaje, con numerosas fábricas y edificios de aspecto gris que le dan un aire más industrial que pintoresco. 

La falta de un casco histórico bien preservado, unida a la proliferación de bloques de viviendas sin un diseño arquitectónico estético, hacen que esta localidad sea vista más funcional que bonita.

Exterior del Ayuntamiento de Laudio. A.O.

Cambiando la imagen 

Con el fin de cambiar su percepción de la fealdad, muchos pueblos han optado por aplicar políticas locales dirigidas a revitalizar su imagen y así desmarcarse de los considerados feos. Estas son algunas de las medidas más importantes. 

Revitalización urbana y rehabilitación de edificios

Una de las primeras acciones que toman los pueblos con mala reputación estética es la rehabilitación de sus edificios y espacios públicos, como la restauración de fachadas, la renovación de infraestructuras y la conservación del patrimonio histórico.

Fomento del arte urbano y murales

El uso del arte urbano se ha convertido en una herramienta popular para transformar espacios. Los murales y grafitis artísticos, así como proyectos similares, pueden dar vida a paredes grises y monótonas, convirtiendo barrios industriales en galerías de arte al aire libre.

Creación de espacios verdes y jardines urbanos

La inclusión de la naturaleza en entornos urbanos es una forma efectiva de mejorar la estética y calidad de vida. Pueblos que antes eran considerados grises y sin encanto pueden transformarse con la creación de parques, jardines y otras áreas verdes. 

Potenciar el turismo y eventos culturales

Otra estrategia para cambiar la percepción de un pueblo es desarrollar su potencial turístico y cultural. Esto no solo atrae visitantes, sino que también mejora la autoestima local. Se trata de rutas turísticas, festivales, ferias y otros eventos parecidos. 

Impulso de la economía y el emprendimiento

La mejora de la economía local puede tener un efecto positivo en la apariencia del pueblo. Incentivar el comercio local y atraer inversiones puede transformar un entorno descuidado en un lugar más vibrante. Algunos ejemplos son el fomento del emprendimiento y los mercados y tiendas artesanales. 

Marketing local

A veces, cambiar la percepción es una cuestión de cómo se presenta el lugar al público. El rebranding incluye desde campañas de marketing hasta el cambio de logotipos y eslóganes. La creación de campañas en redes sociales o la puesta en marcha de una identidad visual son buenas ideas.