Si estás pensando en pasar el fin de semana fuera de casa y no sabes a donde ir, en el norte de España puedes encontrar un sinfín de lugares perfectos para hacer una escapada en familia o con amigos. Concretamente, uno de ellos es Tobera, un pueblo lleno de cascadas que te conquistará desde el primer minuto. Ubicado en la provincia de Burgos, pertenece al municipio de Frías, pueblo de origen medieval situado en la comarca de las Merindades.

Esta localidad de tan solo 23 habitantes, acoge cada año a una multitud de turistas de provincias vecinas en su mayoría, pero también de casi todas partes de España, que acuden a maravillarse con la belleza de este paisaje natural que parece sacado de un documental de National Geographic.

El paseo del Molinar, llamado así por los antiguos molinos, cruza el pueblo, se adentra entre las rocas, y es uno de los más bonitos de la provincia. Es una ruta muy sencilla, corta y sin apenas desnivel. Durante todo el trayecto te vas a topar con saltos de agua y cascadas que harán que disfrutes de este maravilloso enclave natural. El río también discurre por el casco urbano de Tobera.

La mejor forma de llegar hasta allí es yendo en coche y la distancia desde Burgos hasta allí es de aproximadamente una hora. Deberás dirigirte hacia Frías y atravesar el pueblo. Lo siguiente será simplemente seguir las indicaciones que nos llevarán hasta nuestro destino que está a escasos metros. Una vez allí, enfrente de la ermita de Santa María de la Hoz hay un parking gratuito donde poder dejar el coche.

La estación ideal para ir es en primavera, aunque llevan agua durante todo el año y en los meses de verano puedes darte un chapuzón en sus pozas. Además, en la época estival las temperaturas suelen ser altas por lo que lo recomendable es meter en la mochila una gorra y una botella de agua.

A lo largo del recorrido hay una serie de puentes y miradores donde puedes observar las cascadas con todo su esplendor. Está bien señalizado, tiene una duración de 45 minutos aproximadamente y son 1,5 kilómetros sin ninguna dificultad. La ruta por las cascadas inicia en la ermita de Santa María de la Hoz y finaliza en el pueblo de Tobera.

Imagen de la localidad de Frías, Burgos. Ayuntamiento de Frías.

Aparte de la cascada también podemos encontrar unas pequeñas balsas de agua y varias mesas ideales para hacer un picnic en familia. Otra posibilidad es hacer el paseo e ir a tomar algo en el restaurante que hay en la otra orilla.

Pero eso no es todo. Antes de volver de nuevo al aparcamiento, si seguimos andando desde la segunda cascada de Tobera llegaremos hasta la Iglesia de San Vicente, templo religioso más importante de la localidad. Tiene un origen romántico y en su interior alberga tesoros de gran valor histórico.

Si queremos aprovechar al máximo nuestra visita, a orillas del río Ebro está Frías, famoso por su imponente castillo y que parece haberse quedado atrapado en el tiempo. Uno de sus principales atractivos es el puente medieval, fortificado con nueve arcos y una torre defensiva. En la parte más alta del pueblo podemos encontrar un castillo construido en el siglo X y que se puede acceder al interior.

Si además queremos disfrutar de la gastronomía burgalesa, uno de los platos más populares es la ‘olla podrida’. A pesar de que el nombre no invite mucho a probarlo, es uno de los platos más populares y deliciosos de la zona. Se elabora con alubias rojas, verduras, morcilla, costilla, chorizo, panceta y otras carnes de origen porcino. Pero evidentemente, no debes irte de Frías sin probar la morcilla de Burgos.

Por último, si nuestra idea es pasar la noche en el pueblo de Frías podemos encontrar fácilmente alojamiento, ya que dispone de varias casas rurales por la zona.

Así que ya sabes, si buscas un lugar donde pasar el fin de semana en el que poder disfrutar de su imponente naturaleza y sumergirte en un idílico enclave natural, las cascadas de Tobera son el sitio ideal.