Cuatro de los seis reactores de la central nuclear de Gravelines, en el norte de Francia, pararon estos días su producción a causa de la presencia masiva y no previsible de medusas en los tambores filtrantes de las estaciones de bombeo, situadas en la parte no nuclear del complejo. Tres de los reactores se pararon de forma automática "conforme a los dispositivos de seguridad" a última hora del domingo, mientras que el cuarto lo hizo este lunes, agregó Electricité de France (EDF), la empresa que explota la central en un comunicado.

La eléctrica aplazó la reanudación de las operaciones de los reactores de Gravelines 3 y 4 a este domingo y este viernes, respectivamente. Según explicó ayer la energética, decidió prorrogar en dos días la puesta en marcha de ambos reactores ante la alta concentración de dichos animales en la costa del mar del Norte, de donde proviene el agua de su refrigeración.

Esta circunstancia se suma a las dificultades que están teniendo otras centrales nucleares galas, como la de Bugey 3, en el sureste del país, que deberá reducir este miércoles en 500 MW su potencia ante la elevada temperatura de las aguas del Ródano, río del que se surten sus sistemas de enfriamiento.

También se pospusieron jueves las alertas por aguas excesivamente cálidas para la central de Saint Alban, situada río abajo respecto de Bugey, y la de Golfech, a orillas del Garona (sur de Francia), aunque aún no se han impuesto restricciones que afecten a su funcionamiento.