Un hombre con problemas psiquiátricos sembró el pánico este sábado en la parisiense estación de Lyon, donde hirió a tres personas, una de ellas de gravedad, con un cuchillo y un martillo, antes de ser reducido por las fuerzas de seguridad con ayuda de otros transeúntes.

Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana en la segunda mayor estación ferroviaria de la capital francesa. El individuo atacó a varias personas, hirió en la mandíbula a una de ellas, a otro en el abdomen y, finalmente, a uno de los guardias que acudió a reducirle.

Solo el segundo de ellos sufrió heridas de gravedad por las que tuvo que ser operado de urgencia, aunque su vida no corre peligro, según indicó el prefecto de policía de París, Laurent Nuñez.

Aunque en un principio todas las hipótesis se pusieron sobre la mesa, incluida la de un atentado terrorista, esta última fue perdiendo peso con el paso de las horas, hasta que el propio Nuñez aclaró ante los medios que no es la principal sobre la que trabajan los investigadores.

"No hay elementos que indiquen que se trata de un acto terrorista", indicó.

Aunque apeló a la prudencia y señaló que en este tipo de casos nada puede descartarse, el principal responsable policial de París apuntó a la tesis de que el agresor sufre problemas psiquiátricos.

Así se lo hizo saber a los agentes que le arrestaron y también se desprende de unos medicamentos que se hallaron entre sus enseres personales.

Nuñez, que enseguida se trasladó la lugar de los hechos, aseguró que el individuo, de 32 años, tenía permiso de residencia en Italia, emitido en 2016 y renovado en 2019, lo que le permitía viajar por toda la Unión Europea.

El prefecto señaló también que es la Fiscalía de París la responsable de la investigación, y no la antiterrorista, lo que abunda a que se aleja esa hipótesis de trabajo.

Sin reinvidicaciones

El agresor no efectuó gritos reivindicativos, como suelen hacer los terroristas yihadistas y, por el momento, no se ha encontrado ningún rastro de radicalización por su parte.

Los hechos tuvieron lugar en el Hall 3 de la estación de Lyon, la menor de las tres de ese centro de comunicaciones de la capital con el sureste de la región y del país.

Dedicada esencialmente a los trenes que conectan con la región, esa parte quedó cerrada durante horas.

La Estación de Lyon es un importante centro de viajeros que, además de las principales ciudades del sureste de Francia conecta con Italia, Suiza y la frontera este de España.

Francia elevó su nivel de vigilancia antiterrorista en octubre pasado tras el atentado yihadista contra un maestro en Arras, al norte del país, lo que se tradujo en un despliegue excepcional de fuerzas del orden, incluidos 7.000 militares suplementarios.

El pasado día 15 de enero las autoridades rebajaron el nivel de vigilancia, pero mantuvieron un amplio dispositivo en los lugares más sensibles, como estaciones de transporte, lugares de culto o escuelas.

Un estado de alerta que se prevé que se mantenga hasta el inicio de los Juegos Olímpicos el 26 de julio próximo.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, afirmó entonces que había un elevado ambiente yihadista en la atmósfera ligado a la tensión internacional recrudecida por el conflicto en Oriente Medio.