Más de 150.000 personas, según datos de la policía, se manifestaron este sábado en Berlín alrededor de la sede del Parlamento con el objetivo de formar de modo simbólico un "cordón sanitario" contra la ultraderecha.

Debido a la gran afluencia, los organizadores renunciaron a la idea de formar físicamente una cadena humana en torno al Bundestag y en lugar de ello instaron a los participantes a tomarse todos de la mano en un momento dado de la protesta.

"En los últimos meses se ha producido un giro masivo hacia la derecha", declaró el activista refugiado Tareq Alaows ante la multitud, que portaba carteles con lemas como "Nazis fuera" o "Nunca más".

Alaows señaló que personalmente no le habían "sorprendido" las revelaciones sobre los "planes fascistas" de la extrema derecha para expulsar del país a millones de personas de origen extranjero.

Quien quiera defender la democracia debe luchar por los derechos humanos, aseveró y agregó que por ello "no sirve de nada si todos los partidos democráticos dan un giro a la derecha".

Entre los discursos de diversos activistas se intercalaron varias actuaciones musicales, mientras que unos 700 agentes de policía vigilaban la concentración, que transcurrió sin incidentes.

Bajo el lema "Nosotros somos el cordón sanitario", los organizadores -la plataforma "De la Mano"- aspiraban a reunir al menos a 100.000 personas para protestar contra el auge del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD).

La convocatoria ha sido firmada por más de 1.700 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas los sindicatos Ver.di, GEW e IG Metall, ONG como Amnistía Internacional o Attac, Cáritas, la Iglesia evangélica y grupos ecologistas como BUND, Extinction Rebellion o Última Generación.

La de Berlín es sólo una de aproximadamente 150 convocatorias que llaman a manifestarse contra la ultraderecha en diversos puntos del país este fin de semana, en lo que aspira a ser el punto culminante de una oleada de movilizaciones que ya reunió a más de 100.000 en la capital alemana el pasado 21 de enero.

El detonante de las protestas fue la revelación, por parte del medio investigativo 'Korrektiv', de que integrantes de la AfD habían participado en un encuentro ultraderechista en el que se habían debatido planes para expulsar del país a millones de personas de origen extranjero.

El canciller alemán, Olaf Scholz, dio hoy su respaldo a la movilización con un mensaje en la red social X en el que resaltó que "ya sea en Eisenach, en Homburg o en Berlín, en ciudades grandes y pequeñas en todo el país muchos ciudadanas y ciudadanos se congregan para manifestarse contra el olvido, contra el odio y el acoso". Ello constituye "una señal fuerte a favor de la democracia y de nuestra Constitución", concluyó.