El Gobierno francés propuso este martes subir progresivamente la edad mínima de jubilación desde los 62 años actualmente a los 64 años en 2030, dentro de un amplio plan de reforma de las pensiones.

El plan incluye también una aceleración en el aumento hasta 43 años a partir de 2027 del tiempo de cotización necesario para disfrutar de una jubilación completa, así como que la pensión mínima suba a casi 1.200 euros netos al mes desde este año para un periodo de cotización completo.

El objetivo de la reforma es el "equilibrio" del sistema, ya que "hace falta que las cotizaciones de los (trabajadores) activos financien las pensiones de los jubilados", afirmó la primera ministra, Élisabeth Borne, en la conferencia de prensa en la que presentó el plan del Ejecutivo.

La edad de jubilación subirá desde el 1 de septiembre en tres meses, con incrementos similares cada año hasta alcanzar los 64 años en 2024.

El Gobierno había estudiado previamente la posibilidad de los 65 años, pero optó por fijar la edad mínima en 64 años para facilitar un acuerdo parlamentario con el partido conservador Los Republicanos.

Excluyendo ciertas profesiones consideradas especialmente penosas, la duración de la cotización para poder disfrutar de una jubilación al 100 % será de 43 años trabajados a partir de 2027, y no a partir de 2035.

Asimismo, esta reforma contemplará la posibilidad de tener derecho a la jubilación anticipada entre los 58 y 62 años para quienes hayan empezado a trabajar formalmente antes de los 20 años.

"En 2030, cuando la edad legal de jubilación esté ya en los 64 años, alguien que haya comenzado a trabajar antes de los 16 años (normalmente como aprendiz) podrá tener su pensión a los 58 años", ejemplificó Borne.

La jefa del Gobierno adelantó que esta reforma "eliminará la mayor parte de los regímenes especiales" de cotización, más ventajosos que el del sistema general y utilizados en muchas ocasiones por empresas del sector público.

Par Borne, el aumento de la edad de jubilación se trata de "una elección esencial para defender el modelo social (francés) y mantener la solidaridad entre las diferentes generaciones".

"El déficit va a crecer año tras año, dejarlo crecer sería irresponsable, como también dejarse llevar por medidas demagógicas lo sería aún más (irresponsable)", manifestó Borne, quien recordó que otros países de la UE también han alargado la edad de la jubilación.

Ese déficit alcanzaría 13.500 millones de euros en 2030, pero con el cambio previsto se generará un ingreso adicional de 17.700 millones para ese año, aseguró por su parte el ministro de Economía, Bruno Le Maire.

Los 4.200 millones adicionales de destinarán a completar las pensiones de quienes no puedan llegar a los 64 años por problemas físicos y las de quienes desempeñen trabajos penosos, añadió.

Previendo la férrea oposición a esta reforma, tanto en el Parlamento, como en la calle -con protestas ya previstas por partidos de izquierda y sindicatos-, Borne se mostró dispuesta a "la confrontación de ideas, pero sin agitar el miedo y la desinformación".

Los dos principales partidos opositores, el ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y el izquierdista Francia Insumisa (LFI), no tardaron en censurar la reforma en respectivos mensajes en las redes sociales.

La ultraderechista Marine Le Pen, candidata presidencial en 2012, 2017 y 2022, la tildó de "injusta" y aseguró que intentará bloquearla, mientras Jean-Luc Mélenchon, líder del LFI, consideró que la extensión de la edad mínima para la jubilación representa "una grave regresión social".