El Banco Central Europeo (BCE) publicará este viernes los resultados de la prueba de resistencia supervisora destinada a evaluar el nivel de preparación de las entidades de crédito para afrontar perturbaciones financieras y económicas derivadas del cambio climático.

La autoridad monetaria lanzó la prueba de resistencia a finales del pasado mes de enero y ha llevado a cabo la evaluación durante la primera mitad del año.

Tal y como explicó el supervisor bancario europeo, el objetivo de esta prueba es conocer el nivel de preparación de los bancos en materia climática. No es un test que se aprueba ni se suspenda, ni tampoco tiene implicaciones directas para los niveles de capital de las entidades financieras.

No obstante, los resultados se tendrán en cuenta en el proceso de revisión y evaluación supervisora (PRES) desde un punto de vista cualitativo, es decir, la prueba de resistencia podría afectar indirectamente a los requerimientos de Pilar 2 a través de las puntuaciones del PRES, pero no tendrá un impacto directo en el capital a través de la recomendación de Pilar 2 (P2G).

El pasado mes de marzo, el vicepresidente del Consejo de Supervisión del BCE y miembro del Comité Ejecutivo de la autoridad monetaria, Frank Elderson, criticó el poco progreso realizado por la banca en el desglose de los riesgos climáticos.

"Hay muy poca justificación para la falta de progresos sustanciales, particularmente si consideramos la enorme cantidad y calidad de datos, herramientas e información climática compartida por diferentes organizaciones e instituciones europeas e internacionales en los años recientes", criticó entonces Elderson.

La prueba de resistencia se ha centrado en clases específicas de activos expuestas al riesgo climático, en lugar de en el balance general de las entidades, analizando las exposiciones y fuentes de ingresos más vulnerables al riesgo climático, combinando proyecciones tradicionales de pérdidas con nuevas colecciones de datos cualitativos.

Asimismo, en dicha prueba se han utilizado escenarios macrofinancieros basados en los escenarios elaborados por la Red de Bancos Centrales y Supervisores para la Ecologización del Sistema Financiero. Estos escenarios reflejan posibles políticas climáticas futuras y tienen en cuenta riesgos físicos como el aumento de las temperaturas, sequías e inundaciones, y riesgos a corto y a largo plazo derivados de la transición hacia una economía más verde.