- Además de decidir si ponen fin o alargan los 12 años de Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán, Hungría votará hoy en un referendo sobre una ley que el Gobierno impulsó como una supuesta defensa de los menores pero vinculó la homosexualidad con la pederastia.

La aprobación de la ley provocó que la Unión Europea (UE) abriera un procedimiento de infracción contra Hungría, al considerarla homófoba, discriminatoria y contraria a los valores comunitarios.

La consulta vinculante se refiere a una ley que fue planteada inicialmente para luchar contra los abusos a menores pero a la que el Fidesz, el partido de Orbán, añadió a última hora cláusulas con la pederastia y que prohíben hablar de homosexualidad o cambio de género a los menores.

El referendo contiene cuatro preguntas redactadas de tal forma que hace difícil que buena parte de los húngaros se opongan a la ley.

¿Apoya usted que en los centros de educación pública se realicen charlas sobre orientaciones sexuales sin el consentimiento de los padres?” y “¿apoya usted la promoción de terapias de cambio de sexo en menores de edad?”, son dos de las preguntas.

A ellas se suman otra sobre permitir la difusión “sin control” de contenidos sexuales que “puedan influir en el desarrollo de los menores” y una cuarta sobre informar en los medios de comunicación a los niños sobre el cambio de sexo. El Consejo de Europa calificó las preguntas de “ambiguas y engañosas”.

En el improbable caso que la gente vote mayoritariamente con “sí” a estas preguntas, la ley seguiría en vigor pero se abriría la posibilidad de tener que aplicar todas esas opciones que el Gobierno plantea en sus preguntas.

El Gobierno, que ha pedido a los húngaros que contesten “no” a todo, asegura que solo quiere defender a los menores de edad de lo que considera un intento de la UE de divulgar ideas sobre cambio de sexo o sexualidad en los colegios.