- La dirigente ultraderechista francesa Marine Le Pen hizo ayer un llamamiento desesperado a alcaldes y cargos electos para obtener los avales necesarios para optar a la Presidencia de la República, al tiempo que su más directo rival, Éric Zemmour, consideró “posible” que no los obtenga. “Hago un llamamiento a los alcaldes: si no me ayudan, millones de electores se quedarán privados de opción. No dejen que se produzca ese escándalo”, afirmó Le Pen en un vídeo publicado en las redes sociales.

Según Le Pen, segunda en casi todos los sondeos de intención de voto, le falta medio centenar de avales, de los 500 que exige la ley para poder presentarse a las presidenciales. El plazo para obtenerlos es el próximo 4 de marzo, algo más de un mes antes de la primera vuelta de los comicios, fijada para el 10 de abril.

Le Pen recordó que hace cinco años ya fue segunda de las elecciones presidenciales y que la mayor parte de las encuestas también le sitúan en la misma posición en esta ocasión. “Los sondeos me sitúan en puertas de la victoria”, indicó la líder ultra que señaló que, de no poder presentarse la “olla a presión” que es hoy Francia empeoraría.

También el ultraderechista Éric Zemmour aseguró que está teniendo problemas para recopilar los 500 avales, por lo que esta semana anuló un viaje a la isla francesa de La Reunión, en el océano Índico, para intensificar las llamadas a alcaldes.

Zemmour, que por ahora tiene 291 apoyos, se encuentra muy cerca de Le Pen en intención de voto y, en algún sondeo publicado el pasado fin de semana, incluso por delante. Tampoco tiene aun los 500 avales el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, el mejor situado entre los candidatos de izquierda con el 10% de los sufragios, según las encuestas.

Mélenchon, que en 2017 fue cuarto en la primera vuelta de las presidenciales con casi el 20% de los sufragios, tiene garantizadas por ahora 370 firmas. Su situación contrasta con la de otros candidatos menos conocidos, que ya han logrado los avales necesarios. Es el caso de la trostkista Natahlie Arthaud, que tiene 529; el ruralista Jean Lassalle, con 503, o el comunista Fabien Roussel con 529.

La campaña de Mélenchon, que en 2017 se fusionó con los comunistas, acusa a estos de mandar consignas a los alcaldes de su partido para que bloqueen su candidatura.

La carrera por los avales la encabeza la conservadora Valérie Pécresse (Los Republicanos), el partido con más alcaldes del país, con 1.945, por delante del actual presidente, Emmanuel Macron, que sin haber oficializado su candidatura ya tiene 1.345 apoyos.

Macron surfea con éxito las olas de la precampaña para las elecciones presidenciales de abril para las que no se ha declarado formalmente candidato. Mientras la mayoría de sus rivales postularon hace meses y se encuentran enfrascados en la típica batalla electoral de promesas y críticas recíprocas, el presidente ha logrado situarse en un nivel superior, el de estadista internacional.

La socialista Anne Hidalgo, que no supera el 3% de la intención de voto, tiene 1.074, mientras que el ecologista Yannick Jadot aglutina el 6%. El Consejo Constitucional publica el estado de la carrera los martes y jueves.

El sistema de avales recibe cada año críticas por considerarlo poco democrático, aunque desde su creación en los 70 ningún candidato bien situado en los sondeos se ha quedado fuera de la carrera al Elíseo.