Polonia comenzó hoy la construcción de un muro fronterizo con Bielorrusia para controlar la migración ilegal entre ambos países, según informó una portavoz de la Guardia Fronteriza polaca.
En declaraciones a la prensa polaca, la teniente Anna Michalska aseguró que desde hoy se permite el acceso a la zona a los vehículos de los contratistas que levantarán el muro, cuya finalización está prevista para junio. La barrera, que tendrá unos 5,5 metros de altura, se extenderá a lo largo de 186 de los 399 kilómetros de frontera común entre ambos países y está presupuestada en unos 340 millones de euros, de los cuales unos 24 millones corresponden a la instalación de medidas de vigilancia electrónica.
Según Michalska, se intentará "minimizar los daños" medioambientales y "limitar la tala de árboles al mínimo necesario", dado que parte de las obras tendrán lugar en el área protegida de Bialowieza, de gran valor ecológico. Asimismo, no se considera necesario construir nuevas carreteras y se utilizarán las sendas locales en servicio, que se pavimentarán en algunos casos y serán después destruidas para que vuelvan a su estado original.
La decisión de levantar un muro fronterizo se tomó en noviembre de 2021, en el peor momento de la oleada migratoria que, según Varsovia, impulsó a decenas de miles de personas a intentar penetrar ilegalmente en territorio polaco a través de Bielorrusia con la ayuda de las autoridades de ese país. El Gobierno polaco calificó la situación de "guerra híbrida", decidió proteger la frontera con 15.000 efectivos policiales y militares y endureció sus leyes de extranjería para permitir expulsiones "en caliente" y denegar peticiones de asilo en la mayoría de los casos.
Entre octubre de 2021 y enero de 2022, se produjeron más de 40.000 intentos frustrados de infiltración ilegal desde Bielorrusia y al menos una docena de personas perdieron la vida en el intento, debido a las bajas temperaturas, enfermedades o deshidratación. Actualmente, está prohibido el libre acceso al perímetro fronterizo a cualquier no residente, incluidos periodistas y organizaciones humanitarias, y existe una alambrada de unos cuatro metros de altura, lo que, unido a las bajas temperaturas invernales, ha disuadido a los refugiados de nuevos intentos de cruzar la frontera.
En noviembre de 2021, las autoridades polacas informaban de "más de 500" intentonas diarias, mientras que este martes afirmaron que tan solo 14 personas trataron de penetrar en territorio polaco y "tras cortar la alambrada, fueron detenidos", señaló Michalska.