- La Comisión Europea aseguró ayer que sigue comprometida para lograr un acuerdo con el Reino Unido sobre la implementación del Protocolo que evita la aparición de una frontera física entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte tras el brexit, después de la dimisión del negociador británico, David Frost. Su sucesora en el diálogo con Bruselas, Liz Truss, trató ayer de incrementar la presión sobre Bruselas recalcando que mantiene la amenaza de dejar de aplicar parte del protocolo para Irlanda del Norte si no se alcanza un pacto.
Truss mantuvo ayer una conversación con el vicepresidente de la CE para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic. “Estoy comprometido a continuar trabajando para lograr un entendimiento concluyente con el Reino Unido sobre soluciones prácticas para las partes interesadas de Irlanda del Norte. La posición de la UE es conocida. Nuestro objetivo: estabilidad y previsibilidad”, escribió Sefcovic en Twitter.
El protocolo, también llamado salvaguarda o backstop en inglés, evita el regreso de una frontera comercial entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, pero crea nuevos controles sobre las mercancías que viajan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, región del Reino Unido en la que se siguen aplicando las normas del mercado comunitario.
La nueva carga burocrática ha provocado escasez de productos y tensiones políticas en Irlanda del Norte. Además, el Reino Unido ha llegado a amenazar con suspender de manera unilateral el protocolo. En un clima de tensión, el Ejecutivo comunitario presentó en octubre propuestas para facilitar la implementación de ese protocolo, incluidas reducciones de los controles sanitarios y fitosanitarios o de los trámites sobre aduanas.
“Nuestra preferencia sigue siendo alcanzar una solución acordada con la UE”, dijo tras ese encuentro en un comunicado la ministra británica, que recalcó su intención de “acelerar el ritmo” de los contactos una vez pase el periodo festivo de diciembre.
“La posición del Reino Unido no ha cambiado”, dijo Truss. “Necesitamos que las mercancías pasen libremente entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, así como terminar con el rol del Tribunal de Justicia de la Unión Europea con el árbitro final de las disputas entre nosotros, entre otras cuestiones”, agregó. En este marco, Truss reclamó “acelerar el ritmo de las conversaciones en el nuevo año”, ya que su preferencia “sigue siendo alcanzar una solución acordada”. No obstante, “si esto no sucede”, Reino Unido sigue preparado “para activar las salvaguardas del Artículo 16 para hacer frente a los problemas reales que afronta Irlanda del Norte y para proteger el Acuerdo de Belfast”, en alusión al acuerdo de paz alcanzado en 1998 en la región.
Truss acaba de asumir el liderazgo en las negociaciones con la UE, después de la salida de su predecesor, David Trust. Su llegada podría facilitar un “reinicio” de las negociaciones con Bruselas, viciadas en los últimos meses. La de ayer fue la primera toma de contacto que ha tenido con la Unión Europea desde que fuera nombrada para el cargo.
Bruselas y Londres llevan ya varias semanas de contactos intensificados para tratar de salvar el protocolo para Irlanda del Norte que ambas pactaron en el marco del brexit pero que el Gobierno británico se niega ahora a aplicar porque dice que su cumplimiento es complejo y tiene un alto coste para empresas y ciudadanos. También quedan abiertos otros asuntos que ambas partes tienen que resolver, como Gibraltar.
Pero, vinculado al contencioso irlandés, el otro gran asunto que enfrenta a Londres y Bruselas es el papel del Tribunal de Justicia de la UE, cuya legalidad en caso de cualquier disputa rechaza abiertamente el Reino Unido. Salir de su jurisdicción fue uno de los argumentos más empleados por los defensores del brexit durante la campaña del referéndum de 2016. -