- El avance de la pandemia en Francia no ha cambiado el calendario escolar: los 12,3 millones de alumnos franceses iniciarán este próximo 1 de septiembre un curso donde la mascarilla será obligatoria para todos los mayores de 11 años y que cuenta ya con un protocolo adaptado a posibles nuevas restricciones. “La escuela no será una variable de ajuste a la crisis sanitaria. Por eso no quise aplazar el regreso a las aulas. Vamos a aprovechar los beneficios de la experiencia de mayo y junio”, indicó en una conferencia de prensa el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer.
No habrá por tanto una vuelta escalonada, pero sí un regreso en el que todos los adultos deberán llevar mascarillas, incluidos los profesores de los niveles infantiles, que hasta ahora estaban exentos de esa obligación. La mascarilla, tal y como sostuvo ayer el primer ministro, Jean Castex, no será distribuida de forma gratuita, aunque departamentos como el de Essonne o el de Sena-Saint Denis se han rebelado contra esa controvertida decisión estatal y ofrecerán algunos ejemplares lavables a sus estudiantes.
En caso de que se produzcan confinamientos localizados o cierres puntuales de una clase, el sistema está preparado para mantener la educación con lecciones virtuales, de las que ya hay cientos de horas preparadas, y se ofrecerá apoyo extraescolar, con hasta tres horas semanales de ayuda si el estudiante lo solicita.
Francia registra una media de 3.000 contagios diarios, frente a los 1.000 de hace semanas, y tiene 352 focos activos. Pero el Gobierno no quiere que esas cifras afecten al sector educativo: “La escuela empezará, debe reanudarse y lo hará el 1 de septiembre para todos los alumnos”, dijo Blanque. Las garantías con las que el Ejecutivo presenta esa vuelta, no obstante, no convencen del todo a los sindicatos de docentes, que consideran que todavía quedan “numerosos ángulos muertos”, como en el caso de los comedores, para los que no existen normas, sino recomendaciones. El Gobierno mantendrá con ellos una reunión hoy para acabar de despejar dudas y avanzó que para contribuir a mejorar las condiciones los directores recibirán una prima excepcional de 450 euros y se destinarán 430 millones a revalorizar el salario de los profesores.