- Paschal Donohoe, democristiano de 45 años y ministro irlandés de Finanzas, accede al cargo con una imagen de gestor capaz de limar las diferencias entre los países del norte y el sur en materia económica. Donohoe representa a un país a medio camino entre los que defienden la ortodoxia económica y los que abogan por más flexibilidad para la recuperación tras la pandemia.
Su éxito profesional y el talante dialogante le han permitido mantenerse como ministro de Finanzas -condición para presidir el Eurogrupo- tras la construcción el pasado mes de un Gobierno de coalición entre su partido, el Fine Gael, y el centrista Fianna Fáil, las grandes formaciones irlandesas y rivales desde la Guerra Civil (1922-1923).
En el Ejecutivo anterior, ostentó desde 2017 hasta 2020 la cartera de Finanzas, Gasto Público y Reforma, tiempo que aprovechó para establecer lazos con sus colegas del norte de Europa, a través de la participación de Irlanda en el Grupo Hanseático, los países situados entre los mares del Norte y Báltico.
También ha forjado importantes alianzas con sus socios del sur, al situarse del lado de los que han pedido que Bruselas establezca instrumentos de deuda conjuntos para luchar contra los efectos del coronavirus.
A Donohoe, casado y padre de dos hijos, le atribuyen parte del éxito de Irlanda para salir de la crisis financiera de 2008, que obligó a Dublín a pedir un rescate a la UE y el FMI por 85.000 millones de euros y a aplicar un durísimo plan de austeridad.
Más recientemente, se ha ganado el respeto de sus socios durante las tortuosas negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE, pues Irlanda es uno de los países más afectados por el brexit.
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