Dinamarca y Noruega dieron hoy un nuevo paso en la normalización social respecto a las medidas restrictivas dictadas por la pandemia de coronavirus con la apertura de algunos pequeños comercios, que se suma a la reanudación de la actividad en guarderías y escuelas.
Si el pasado día 15 Dinamarca fue el primer país de la Unión Europea en volver a abrir guarderías y escuelas, para alumnos de hasta quinto grado, Noruega, que no forma parte de ella, hizo hoy lo mismo con las guarderías y, dentro de una semana, comenzarán a funcionar escuelas hasta cuarto curso.
Los gobiernos de ambos países han justificado el inicio de la reapertura con el aval de las respectivas autoridades sanitarias ante la buena evolución de la epidemia, con descenso continuo del número de ingresos hospitalarios y un índice de contagio por persona infectada inferior a uno.
Al igual que han hecho las autoridades danesas, las noruegas han impuesto una serie de normas, como que los niños sean divididos en grupos pequeños, pasen el máximo tiempo posible en espacios abiertos y no traigan juguetes de casa, además de extremar la higiene.
CRÍTICAS Y FALTA DE ESPACIO
Las medidas de apertura gradual de guarderías -se calcula que en Oslo solo funcionen desde hoy la mitad- y escuelas no han convencido a todos: algunos padres han mostrado su oposición en grupos en redes sociales, el más numeroso bautizado "Mi hijo no va a ser cobaya del COVID-19", con casi 30.000 miembros.
"Es importante abrir para los más pequeños, porque sabemos que son los que menos enferman. En las escuelas habrá que hacer más ajustes. También es importante para el desarrollo de los niños estar con otros y recibir contenidos pedagógicos", declaró hoy la primera ministra noruega, Erna Solberg.
Noruega mantiene su plan de reabrir las escuelas para todos los cursos antes de las vacaciones de verano, mientras en Dinamarca, aunque no hay una posición oficial, la Federación de Municipios ha alertado de que es "inviable", debido a las exigencias de seguridad e higiene impuestas por las autoridades.
En Copenhague, por ejemplo, el gobierno municipal ha firmado acuerdos con bibliotecas, otras instituciones e incluso el popular parque de atracciones Tivoli para que les cedan espacios que los alumnos más pequeños puedan usar de forma temporal.
DENTISTAS, FISIOTERAPIA, ÓPTICAS Y PSICÓLOGOS
En ambos países pueden reanudar ya su actividad dentistas, psicólogos, fisioterapeutas, ópticas y podólogos, entre otros, y, mientras que en Dinamarca hoy ya podrán abrir peluquerías, masajistas y tatuadores, en Noruega no será hasta dentro de una semana.
La reapertura de pequeños comercios está plagada de restricciones, que incluyen desde eliminar las salas de espera hasta limitar el número de clientes, extremar la higiene y usar mascarillas y otro material protector.
En Noruega finaliza también la prohibición de pasar la noche en una segunda residencia situada en otro municipio, dictada hace un mes para impedir la propagación del virus en las regiones más aisladas.
Se trata de una primera fase de normalización de la actividad económica, a la que podría seguir el próximo mes una reapertura controlada de bares y restaurantes, que en Dinamarca solo funcionan en servicio de comida a domicilio, y en Noruega, con restricciones, en algunos municipios.
NORMALIZACIÓN LENTA Y GRADUAL
Las autoridades han avisado, no obstante, de que se trata de una normalización lenta y gradual y que puede ser revertida en caso de una evolución muy negativa, si bien se da por seguro que habrá un aumento de los contagios.
"Podemos vernos obligados a imponer nuevas restricciones, puede ser necesario ir hacia atrás si el virus se descontrola. Todo depende del comportamiento de cada uno: debemos estar juntos manteniendo las distancias", alertó hace unos días la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
A la vez que se impulsa la reapertura, ambos países han prolongado otras medidas decretadas el mes pasado, como el cierre de fronteras a extranjeros sin permiso de residencia o la prohibición de concentraciones (de diez personas en Dinamarca, de cinco en Noruega).
El Gobierno noruego ha anunciado además que quiere alargar un mes más la ley que le da poderes especiales al Ejecutivo para actuar durante la crisis.
Y las perspectivas de una normalidad similar a la de antes de la pandemia parecen muy lejanas: la Agencia de Salud Pública noruega ha dado por hecho que no habrá ningún evento multitudinario este año, y su equivalente danesa es aún más pesimista.
"Cuenten con que habrá distanciamiento social al menos un año. Puede pasar un año antes de que podamos ir a un concierto o nos demos la mano", dijo hoy el máximo responsable en infecciones del Instituto Nacional de Salud danés, Kåre Mølbak, en una entrevista al diario "Berlingske".
El ministro de Sanidad danés, Magnus Heunicke, rechazó en cambio hablar de fechas concretas, aunque anunció hoy que Dinamarca hará a partir de ahora test a cualquier persona que presente síntomas de coronavirus.