- Los ministros de Exteriores de la Unión Europea abordaron ayer la coordinación para repatriar a unos 200.000 europeos que la crisis del coronavirus ha sorprendido de viaje en el extranjero y se propusieron comunicar mejor la labor que está realizando la UE contra las noticias falsas sobre el Covid-19. "Nos preocupa el claro intento de desacreditar a la UE, incluso a través de la estigmatización de los ciudadanos europeos en el extranjero", indicó el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, en una rueda de prensa telemática al término de una videoconferencia de los ministros.
El coronavirus ha obligado a cancelar el Consejo que los titulares de Exteriores debían celebrar ayer y a sustituirlo por una videollamada que impide que puedan hacer acuerdos formales al no estar presentes físicamente, explicó Borrell, quien no obstante aseguró que la institución podrá tomar decisiones por procedimiento escrito en los próximos días. El político español explicó que el grupo de trabajo contra la desinformación de la UE (StratComm) ha estado recogiendo y analizando evidencias y ha localizado más de cien casos de noticias falsas o inexactas en los últimos días sobre el Covid-19. "Extender la desinformación juega con la vida de la gente, la desinformación puede matar", alertó, y aseguró que se trata de "una batalla de ideas, de narrativas".
En cualquier caso, pese a que el StratComm apunta en gran medida a la desinformación que proviene de medios prorrusos, Borrell dejó claro que ese fenómeno no procede de gobiernos concretos sino de "gente corriente". "No es un gobierno haciendo declaraciones contra europeos, es peor que eso: es el hecho de que la amplia expansión de noticias falsas provoca una reacción en el cuerpo social y provoca actitudes en la gente que son muy peligrosas porque pueden estigmatizar a los europeos", resumió. Por todo ello, afirmó que los ministros ayer acordaron ser más explícitos sobre la tarea que realiza la UE contra la desinformación, "que es mucho y no se está percibiendo".
"No es momento de culparse unos a otros", concluyó Borrell, quien preguntado por la influencia de China y Rusia en la UE a raíz de la pandemia dijo que Pekín recibió ayuda cuando le impactó de lleno la enfermedad y que ahora está ayudando a quien más lo necesita. "Rusia no se ve afectada, bien por ellos. Están en una situación en la que pueden ayudar a uno de los países en Europa que es el más afectado, que es Italia; incluso doctores cubanos están llegando a Italia. Cualquier ayuda es bienvenida", apuntó.
Otro asunto que ocupó gran parte del trabajo de los ministros fueron los esfuerzos por coordinar la repatriación de ciudadanos europeos atrapados en el exterior. Según Borrell, se trata de hasta unas 200.000 personas no registradas en embajadas ni consulados sino que estaban haciendo turismo cuando estalló el brote y no han podido volver a casa por los medios que consideraban cuando iniciaron su viaje.
"Hay muchos y nuestra prioridad es traerlos de vuelta", indicó, y para ello recalcó que es necesario en primer lugar tratar de organizar vuelos comerciales y dejar como último recurso el solicitar ayuda a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil.
"La ayuda consular y la repatriación es responsabilidad de los Estados miembros. Nosotros podemos ayudar en los márgenes y coordinar", comentó, a la vez que señaló que hay en el mundo unos "20 puntos calientes en los que el tráfico aéreo está en dificultad", con problemas principalmente en América Latina y el Sureste Asiático.
Los ministros también tocaron dos asuntos prioritarios en las últimas semanas: el conflicto sirio y la crisis en Libia y su impacto en la migración. Por lo que respecta a Siria, Borrell confirmó que prosigue el trabajo con Turquía para aclarar la implementación de los compromisos derivados del acuerdo de 2016 según el cual los solicitantes de asilo debían permanecer en suelo turco a cambio de 6.000 millones de euros procedentes de fondos europeos para ayudar a las autoridades del país a atenderlos.
Expandir el mandato militar. El Consejo de la Unión Europea aprobó ayer expandir el mandato de su misión militar de formación de las fuerzas malienses y prolongarla hasta el 18 de mayo de 2024, de manera que proporcionará asistencia a la fuerza conjunta de los países del Sahel.
La misión 'Irene'. Josep Borrell dijo que aún falta decidir qué hacer con los migrantes que eventualmente rescate del mar la próxima misión europea en el Mediterráneo, bautizada Irene, que contribuirá a hacer cumplir el embargo de armas a Libia decretado por la ONU, pero en todo caso, expresó su confianza en que para finales de mes pueda haber consenso y que inicie su labor.