París - El enorme poder que atesora el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrenta dentro de una semana a una prueba significativa en las elecciones municipales, que amenazan con dejar a sus candidatos en la oposición en las principales ciudades del país. Que el voto local tiene claves muy diferentes al nacional es algo que el macronismo sabe desde hace mucho. Y tanto como lo sabe, le preocupa.
La falta de implantación territorial del partido La República En Marcha (LREM) ha sido desde el comienzo de la aventura en solitario de Macron un fantasma contra el que ha luchado, pero la campaña ha evidenciado sus dificultades para encontrar candidatos fiables en las ciudades. Aunque las encuestas coinciden en que la mayoría de los votantes no acudirá a las urnas pensando en el Palacio del Elíseo sino en los problemas particulares de sus municipios, la erosión de la popularidad de Macron no ha contribuido a generar entusiasmo entre sus bases.
El presidente ha tenido incluso que reclutar a candidatos entre las filas de su propio Gobierno. El primer ministro, Édouard Philippe, aspirará a revalidar el puesto de alcalde de Le Havre (norte del país) que ya obtuvo en 2014, mientras que el titular de Hacienda, Gérald Darmanin, hará lo mismo en Tourcoing (próximo a Bélgica). Es un juego de doble filo: si colocar a sus peones les puede dar mayores opciones de victoria, el riesgo de que sean derrotados situaría a estos en una situación frágil para continuar en el Ejecutivo.
Hidalgo, favorita en parís Las inquietantes previsiones para LREM cristalizan en el panorama que se presenta en la joya de la corona, la Alcaldía de París. La alcaldesa socialista Anne Hidalgo encabeza las encuestas con un apoyo sostenido del 25%, aunque ya le pisa los talones la exministra conservadora Rachida Dati, con un 24 % según el último sondeo de la casa Ipsos/Sopra Steria difundido por el diario Le Figaro. En tercer lugar, pero a cierta distancia (19 %), figura la macronista Agnès Buzyn, recurso de última hora para reemplazar a Benjamin Griveaux después de que este renunciase tras la publicación de un vídeo sexual suyo.
La hasta hace unos días ministra de Sanidad Buzyn no ha logrado despegar en los sondeos, algo que, por otra parte, tampoco había conseguido hacer Griveaux en meses de campaña. Las opciones de Buzyn se ven lastradas por la competencia de la lista de un macronista disidente, el matemático y diputado Cédric Villani, que hoy se llevaría en torno al 7% del voto. Ante esa coyuntura, la candidata de LREM ha reconocido este pasado fin de semana que se plantea aliarse con el partido conservador Los Republicanos en ciertos distritos de París de cara a la segunda vuelta, con el fin de crear un frente "anti Hidalgo" con el que muchos de sus correligionarios no se encuentran cómodos.
La incógnita verde Fuera de París, una de las claves de la primera vuelta -la segunda se celebrará una semana después, el 22 de marzo-radicará en comprobar la adhesión que reciben los aspirantes de Europa Ecología Los Verdes (EELV), que parten con grandes esperanzas en ciudades como Burdeos. Los ecologistas esperan capitalizar la importancia que conceden los votantes a asuntos como la limpieza de las ciudades, la contaminación o la crisis climática.
Según un sondeo de Ifop publicado ayer por el semanario Le Journal du Dimanche, tan solo la seguridad ciudadana (con un 68%) está por encima de las mencionadas cuestiones a la hora de decidir su voto. Para el 61%, la limpieza será determinante, mientras que el 57% nombra la polución como elemento decisivo y uno de cada dos alude al cambio climático. Es por ello que casi la mitad de los franceses afirman desear que una lista de EELV gane las municipales en su ciudad, aunque el sistema a doble vuelta daña las posibilidades de un partido al que, por otro lado, se le reprocha mayoritariamente (61%) su "poco realismo".
La ultraderecha, a por perpiñán Mientras, la ultranacionalista Agrupación Nacional (AN) vuelve a depositar sus esperanzas en las zonas más depauperadas y con mayor presencia de inmigrantes del país. La líder ultra, Marine Le Pen, ha depositado su confianza precisamente en su expareja Louis Aliot para hacerse por primera vez con una ciudad de más de 100.000 habitantes, Perpiñán.
Aliot goza a priori de una amplia ventaja para la primera vuelta, pero deberá enfrentarse al gran talón de Aquiles de su formación, una segunda ronda que suele propiciar la concentración de voto en su contra. En la actualidad, el anteriormente llamado Frente Nacional dirige no más de una quincena de municipios de más de 10.000 habitantes, por lo que una victoria en Perpiñán o incluso en Calais (puerta de entrada al Reino Unido de miles de inmigrantes y demandantes de asilo) les daría una oportunidad de intentar lucir gestión local.