Bruselas - Por tercer año consecutivo la época estival ha dejado la imagen de buques con refugiados, migrantes y solicitantes de asilo varados en el mar ante el bloqueo de los Estados miembros de la UE. Una tendencia continúa.

El barco Ocean Viking rescató el 18 de octubre a 104 personas -entre ellas dos mujeres embarazadas y 41 menores- que huían del fuego cruzado en Libia. Once días después, Italia ha autorizado su desembarco tras un acuerdo previo alcanzado entre Roma, París y Berlín para repartirse a las personas a bordo, según ha informadola ONG Sos Mediterranee.

En paralelo, el buque alemán Alan Kurdi rescató el sábado a 90 personas en el Mediterráneo Central. La tripulación denunció que durante el rescate fueron amenazada por los guardacostas libios, financiados por la UE para que retornen a las barcazas a Trípoli antes de que lleguen a aguas internacionales.Así, Italia, Francia y Alemania han llegado a un acuerdo para repartirse a las 200 personas a bordo de los dos barcos. Además, el país transalpino ha autorizado el desembarco del Ocean Viking en el puerto de Pozzallo, decisión celebrada por Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración.

Desde hace años, las capitales europeas gestionan con parches el drama del Mediterráneo a través de respuestas improvisadas para cada barco atrapado en el mar. Aunque normalmente se suman cinco o seis países, en esta ocasión solo París y Berlín se han mostrado dispuestos a ayudar a Italia.

El eje franco-alemán lideró hace un mes una iniciativa junto a Italia y Malta para aportar certeza y predictibilidad a los rescates del Mediterráneo Central a través de un mecanismo de asilo temporal. Pero la propuesta no ha echado a todavía a rodar. “El acuerdo de hoy es de nuevo una solución ad hoc con solo dos países mostrando solidaridad hacia un país en primera línea. Un mecanismo predecible solo funcionará si varios países europeos se unen”, apuntó Louise Guillaumat, vice directora de SOS Mediterranée.

Open Arms En este escenario, la ONG Open Arms rescataba ayer a otros 15 migrantes a bordo de una embarcación precaria en el Mediterráneo central después de recibir la alarma y buscarles durante casi un día. La organización informó en sus redes sociales de que, tras casi 24 horas de búsqueda, habían rescatado a seis hombres, dos mujeres, dos bebés y cinco menores que estaban “a la deriva” en una lancha neumática “pinchada” en la que entraba agua, y “a punto de naufragar”.

El avión Moonbird de la ONG Sea Watch avisó a Open Arms de la presencia de la barca en peligro a muchas horas de navegación y Open Arms anunció que partía en su búsqueda ante la amenaza de un inminente fuerte temporal que se pronosticaba en la zona.