Estamos demasiado acostumbrados a concebir a Alemania como la locomotora del proyecto europeo y para más dependencia, en la última década, la autoridad de la canciller Angela Merkel ha marcado el paso de las grandes decisiones de la UE sin titubeos. Sin embargo, este 2019 los síntomas de agotamiento de de la economía alemana y de su líder política, empiezan a vislumbrar un cambio de panorama preocupante, pues, si el tren se para no hay recambio dado su peso en el conjunto de la Unión. Una crisis económica, unida a la creciente fragmentación política con el crecimiento continuo de los ultras de Alternativa por Alemania, podría transformar al Estado germano de principal valedor del proyecto europeo a su problema más crítico. Un escenario que puede verse agravado si finalmente nos tenemos que enfrentar a un Brexit sin acuerdo.
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