Bucarest - Las autoridades rumanas confirmaron ayer sábado que los huesos encontrados en la casa del hombre acusado de violación y que también ha confesado haber secuestrado y asesinado a una adolescente de 15 años pertenecen a la menor. A esta conclusión se ha llegado tras analizarse los restos humanos hallados por la Policía en la vivienda del acusado y compararlos con muestras de ADN de los padres de la víctima, anunció ayer en un comunicado la Fiscalía rumana. La revelación pone fin a las esperanzas expresadas por la familia de que la menor no estuviera muerta.

El caso ha provocado consternación e indignación por la lenta respuesta de la Policía y la Justicia a las llamadas de auxilio de la menor. Los agentes tardaron 19 horas en entrar en la casa del sospechoso.

Dos ministros y el director de la autoridad de la que depende el teléfono de emergencias se han visto obligados a dejar su cargo, y la oposición y el presidente de centro-derecha han atribuido las negligencias en la gestión del caso a la supuesta corrupción de un Gobierno socialdemócrata al que acusan de politizar la administración.

La adolescente de 15 años desapareció el pasado 24 de julio mientras hacía autoestop en dirección a la ciudad de Caracal del sur del país, desde donde llamó un día más tarde pidiendo socorro al servicio de emergencias informando que había sido violada y estaba siendo retenida en una vivienda de la localidad.

La falta de pericia a la hora de utilizar la tecnologías disponible, la descoordinación entre departamentos y el exceso de garantismo de un fiscal que no autorizó la entrada a la propiedad hasta las seis de la mañana del 26 de julio hicieron que la policía tardara 19 horas en llegar a la casa desde la que se hicieron las llamadas. Cuando irrumpieron en la vivienda el 26 de julio por la mañana, los agentes detuvieron a un hombre de 66 años que confesó haber asesinado a la menor y ser el responsable de la muerte de otra joven de 18 años desaparecida en abril en la zona. - Efe