París - SOS Mediterranée y Médicos sin Fronteras (MSF) anuncian su vuelta al rescate de migrantes en el Mediterráneo central con un nuevo barco, siete meses después de haber tenido que poner fin a la misión del Aquarius por la presión del Gobierno italiano. El Ocean Viking, un carguero de pabellón noruego, va camino del Mediterráneo y debería llegar a finales de mes para operar con una tripulación de 31 personas, entre ellas nueve miembros del dispositivo médico de Médicos Sin Fronteras (MSF) y trece especialistas de la búsqueda y el salvamento de SOS Mediterranée, explicaron en sendos comunicados. Las dos ONG consideran que es “imperativo volver al mar” teniendo en cuenta que muchas personas tratan de huir de Libia por “la ruta marítima más peligrosa del mundo” y donde casi no quedan barcos de salvamento.
Según sus datos, en esa zona del Mediterráneo central han muerto en lo que va de año al menos 426 personas cuando intentaban llegar a Europa. Además, los combates de los últimos tres meses en torno a Trípoli, han provocado el desplazamiento de más de 100.000 personas, han dejado “atrapados y sin capacidad para huir a refugiados y migrantes en los centros de detención”, y 60 de ellos han perdido la vida a causa de los enfrentamientos.
El director de operaciones de SOS Mediterranée, Frédéric Penard, denunció el “deterioro de la respuesta” de la Unión Europea a “la tragedia que se desarrolla en el Mediterráneo”, ya que el dispositivo naval de la misión Sophia ha salido de esa zona y los Estados europeos “siguen haciendo una intensa campaña de criminalización contra los navíos operados por la sociedad civil”.
“Los políticos quieren hacernos creer que las muertes de cientos de personas en el mar y el sufrimiento de los miles de refugiados y migrantes atrapados en Libia son un precio aceptable a pagar para controlar la inmigración”, se quejó por su parte el coordinador general de MSF para la misión, Sam Turner. - Efe