Desde los vinos de Rioja al queso parmesano o manchego y el turrón de Jijona, los productos europeos con denominación de origen deben protegerse ya ante el Brexit o se arriesgan a que terceros se apropien de su marca y de su reputación. Así lo planteó ayer en declaraciones a Efe Massimo Vittori, director de oriGIn, una organización sin ánimo de lucro que desde 2003 representa a más de 500 asociaciones de productores de bienes con denominación de origen o indicación geográfica protegida (GI, en sus siglas en inglés) de cuarenta países del mundo.
Además del whisky escocés o el italiano jamón de Parma, oriGIn, con sede en Suiza, cuenta entre sus miembros al aceite de oliva de Baena, el turrón de Alicante o el queso manchego y, fuera de la UE, al café de Colombia, los puros habanos o el tequila mexicano. “Estamos en un periodo de gran incertidumbre legal porque no sabemos en qué condiciones saldrá el Reino Unido de la Unión Europea (UE)”, explica Vittori, en un aparte del Foro Global de Financiación de Marcas, que se celebra en Londres.
“Estábamos contentos con el acuerdo de retirada negociado entre Londres y Bruselas porque garantizaba un periodo de transición en el que continuaría la protección actual a las GI hasta que se negociara un nuevo acuerdo comercial bilateral”, señala. “Sin embargo -observa- el pacto no ha sido aprobado por el Parlamento británico. Y, si para el 12 de abril no hay acuerdo, el Reino Unido podría dejar el bloque sin nada, lo que significa que la protección legal sobre las GI desaparecería de golpe”.
Registrar la marca Mientras se espera a que el Gobierno británico ponga en marcha su propio sistema de reconocimiento de esos productos protegidos, en el que ya trabaja (pero que no estará listo este mes), Vittori tiene un consejo clave: “Todas las denominaciones de origen deben registrarse cuanto antes como marca en el Reino Unido”. Lo mismo se aplica a las denominaciones británicas, como el queso Stilton o la lana tweed irlandesa, que afrontan problemas también en los países de fuera de la UE, donde ahora están protegidas gracias a los acuerdos bilaterales del bloque. Al patentarse la marca, puede impedirse que sea usurpada por empresas terceras que traten de comercializar productos de menor calidad como si fueran de prestigiosas denominaciones geográficas. “Esto está sucediendo ya, pero ahora hay protección”, afirma Vittori.
Como ejemplo cita un litigio actual en el Tribunal Europeo de Justicia, que dirime si un queso que incumple los requisitos de la denominación de la Mancha puede publicitarse utilizando la imagen de Don Quijote. En el Reino Unido, las autoridades han rechazado la marca de bebidas para perros Pawsecco, que quería aprovechar el tirón del Prosecco italiano. El consorcio de jamón de Parma ya ha registrado su marca en este país, el principal consumidor de Europa de producto preenvasado, revela el director, Stefano Fanti.
Fanti reconoce que, además de la incertidumbre legal, los productos con valor añadido afrontan un impacto económico por el Brexit, “dependiendo de los futuros aranceles y del valor de la libra frente al euro”, que puede encarecer el producto.
Tim Rosenberg es el impulsor de la web Great British Chefs, que, entre otras cosas, da a conocer la labor de los cocineros en boga y promueve el uso de nuevos ingredientes entre los británicos apasionados por el buen comer. “Calculamos que hay unos trece millones de personas en el Reino Unido que se consideran foodies o apasionadas de la gastronomía, por lo que es un mercado interesante para cualquier producto con marca de calidad”, dice. Desde el chorizo al jamón ibérico o el cava, los británicos adoran la producción española, pero Rosenberg aconseja no dormirse en los laureles y “aumentar la promoción tanto del producto en sí como del área de producción, contando una historia original que conecte con los consumidores”.