roma - El que fue tres veces primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, anunció ayer su candidatura a las elecciones europeas de mayo, una decisión que toma a sus 82 años y con su partido en horas bajas en su país, eclipsado por la ultraderecha. El líder de Forza Italia, perteneciente al Partido Popular Europeo, volverá a optar a un puesto de elección después de que la Justicia italiana levantara el pasado mayo la inhabilitación para cargo público que le fue impuesta hasta 2019 por su sentencia por fraude fiscal. “He decidido por sentido de la responsabilidad ir a Europa, donde falta el pensamiento profundo sobre el futuro del mundo”, dijo al margen de un acto electoral en la ciudad sarda de Cagliari.
Berlusconi, que ya estuvo en la Eurocámara entre 1999 y 2001, expresó su deseo de poder alcanzar este nuevo objetivo que se ha fijado: “Rezo a Dios que me dé fuerza para convencer a muchos otros”. Su correligionario y presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, celebró el anuncio: “Estaba seguro de que volvería una vez más para defender la libertad y el derecho de los ciudadanos a tener un trabajo y a no ser vejados por impuestos injustos”, tuiteó.
A causa de su inhabilitación, Berlusconi no pudo concurrir a las últimas elecciones y en las generales de 2018 se limitó a hacer campaña integrado en una coalición con la ultraderechista Liga que resultó la lista más votada, aunque sin mayoría. Aquella cita con las urnas confirmó que su tirón electoral y el de su partido ya no era el que fue durante dos décadas de hegemonía en la derecha italiana y reveló el sorpasso de la Liga de Matteo Salvini.
Además tuvo que ver como su socio de coalición accedía a gobernar con el partido que más detesta, el antisistema Movimiento Cinco Estrellas, una alianza que considera “contranatura” y a la que hoy atacó de nuevo. “Es necesario cambiar este Gobierno, representado por un Movimiento Cinco Estrellas guiado por personas sin experiencia ni competencia. Son como los señores de la izquierda comunista del 1994”, advirtió, en referencia al año en que entró en política.
Ahora, mientras el ministro Salvini ocupa todos los rincones de la vida política, el controvertido magnate ha decidido aspirar de nuevo al cargo de eurodiputado, alejándose de una Italia convulsa en la que su partido ha quedado relegado como cuarta fuerza. Y lo hace -aseguró- con un afán reformista. “Decidí presentarme a las europeas para llevar mi voz de una Europa que debe ser cambiada, estar unida y con una defensa unida, para poder sentarse en la mesa con otras potencias militares mundiales”.
El excavaliere, controvertido por sus problemas judiciales y escándalos sexuales, sostuvo que representa “una idea liberal de la política” que en la actualidad “hay que defender en Italia, Europa y el mundo”, sobre todo ante el auge de potencias como China, advirtió. En los últimos tiempos Berlusconi, a menudo desaparecido de la escena pública, ha demostrado a través de las redes sociales -con un inusitado y creciente uso de las mismas- su interés por los asuntos más candentes en los países miembros de la Unión Europea.
Como europeísta, ha apostado por avanzar en la cohesión económica y fiscal, por la Unión Bancaria, por armonizar la política exterior y por una defensa común: “Solo así nos convertiremos en una potencia mundial que decida el destino del mundo”, dijo en Twitter. E instado a sus compañeros de filas europeos a no plegarse ante el avance del soberanismo y el populismo, representado en su propio país por los dos partidos en el Gobierno: La Liga y el Cinco Estrellas. Por ello, una de sus mayores preocupaciones es la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit: “Enciendo una vela todas las noches para que se pueda celebrar un nuevo referéndum que permita que se queden en Europa”, confesó en otro tuit.