Bruselas - La Comisión Europea presentó ayer un plan de acción contra la desinformación para proteger las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de injerencias externas, especialmente rusas, tras los recientes intentos de desestabilización en los comicios de Estados Unidos y en el referéndum del Brexit. “La desinformación no es nueva. Ha sido un arma de influencia política durante muchos siglos. En este, lo que ha cambiado es la velocidad, la agresividad y facilidad con la que se esparce”, dijo el eurocomisario de Mercado Único Digital, Andrus Ansip, quien señaló a Moscú como “la principal fuente de desinformación” en la Unión Europea (UE).

Según Bruselas, difundir bulos que incidan en el desarrollo democrático europeo forma “parte de la doctrina militar de Rusia”, que a través de esa “amenaza híbrida” busca “dividir y debilitar a Occidente”. La Unión Europea considera que las noticias falsas o fake news, según se conoce en inglés a ese fenómeno global, son “uno de los principales desafíos de nuestros tiempos” y contrarrestarlas requiere de una estrategia que aúne los esfuerzos de las instituciones comunitarias, los Estados miembros de la UE y las grandes plataformas de Internet.

Para ello, la Comisión Europea ultima un sistema de detección rápida de noticias falsas, una herramienta que dotará con 5 millones de euros y que estará operativa el próximo mes de marzo, es decir, dos meses antes de los comicios de mayo para renovar la Eurocámara. “Se centrará exclusivamente en los intentos coordinados por parte de agentes extranjeros de manipular el debate libre y abierto” en los procesos electorales, indicó la Comisión Europea, que espera que los países de la UE funcionen como antenas locales del mecanismo concebido por Bruselas para identificar “amenazas en tiempo real”.

“Definitivamente, cinco millones no es suficiente”, reconoció Ansip, quien dijo que Rusia dedica anualmente unos 1.100 millones de euros a sus plataformas de propaganda y cuenta con una “factoría” de noticias falsas en San Petersburgo con unos mil empleados, pero recordó que la UE también dedica 61 millones de euros anuales a promover la educación informativa.

Código de conducta El segundo pilar de la estrategia comunitaria pasa por exigir a las grandes plataformas digitales como Google, Facebook, Twitter o Mozilla que presenten un “código de conducta” contra la desinformación antes de que termine el 2018. Este deberá fomentar la transparencia en la publicidad política e incluir medidas concretas contra las cuentas falsas y los llamados bots.