Londres - La familia real desairó al presidente estadounidense, Donald Trump, durante su visita al Reino Unido, con el príncipe Carlos de Inglaterra y el príncipe Guillermo, diciendo que no estaban dispuestos a reunirse con él, por lo que dejaron toda la responsabilidad del recibimiento a la reina Isabel II. Downing Street y el Palacio de Buckingham defienden que la gira de Trump no fue una visita de Estado, por lo que el único plan incluía que la reina Isabel II se reuniese con el presidente y su esposa, Melania. Sin embargo, el diario Times on Sunday publicó ayer de una fuente anónima, que los miembros de la realeza compartieron sus preocupaciones por la reticencia de Carlos y Guillermo a participar.
De hecho, Carlos de Inglaterra mantuvo su agenda, acudiendo a una junta directiva de la compañía AG Carrick, en Highgrove, y también a un evento con la policía de Gloucestershire. Por su parte, su hijo, el duque de Cambridge jugó en un partido de polo para una organización de caridad. “Fue un desaire. Simplemente se negaron a asistir”, explicó la fuente, diciendo que es muy raro que la reina esté sola, especialmente desde que su marido Felipe, de 97 años, se retiró de la vida pública y es su hijo Carlos el que ha tomado un papel más activo en los actos oficiales. “El príncipe Felipe va a lo que quiere ir, y si hubiera querido estar allí, podría haberlo hecho”, dejó claro la fuente.
Para la ceremonia del té en el Castillo de Windsor el pasado viernes, la misma fuente, un funcionario de Whitehall, explicó que el encuentro de los Trump con la reina fue mantenido al mínimo: “La reina cumplió con su deber, pero en su familia, no fueron tan entusiastas como lo fueron cuando llegó Obama”.
En 2016, los Obama no solo almorzaron en el Castillo de Windsor con la reina y el príncipe Felipe, sino que también tuvieron una cena privada en el Palacio de Kensington con el duque y la duquesa de Cambridge y el príncipe Enrique. Pero las desavenencias con su sucesor no son un secreto y el año pasado transcendió que Trump era reacio a conocer a Carlos debido a sus opiniones divergentes sobre el cambio climático.
A eso hay que sumar que el príncipe Enrique y Meghan decidieron no invitar a Trump a su boda. La duquesa habría efectuado varios comentarios despectivos sobre el presidente de los Estados Unidos antes de comprometerse con Enrique.
Pese al creciente número de enemigos, Trump se muestra convencido de que repetirá por la carrera presidencial de la Casa Blanca en 2020, alegando que todo el mundo quiere que lo haga. “Nunca se sabe lo que pasa con la salud y otras cosas”, explicó Trump, pero se siente bien, y además, no ve a ningún candidato del partido demócrata capaz de ganarle la carrera, por lo que lo tiene muy claro. - Rita Álvarez Tudela