¿Recuerdan aquel viejo refrán de “A Dios rogando y con el mazo dando”? El mismo día en el que el PP proponía disolver los partidos políticos que promuevan procesos de independencia o referéndum ilegales, se conocía su encuentro, café mediante y en agosto, con una de esas formaciones a las que la iniciativa mandaría a paseo.
First dates
“There’s No Business Like Show Business” (no hay negocio como el espectáculo). Qué fácilmente es extrapolable este dicho al mundo de la política, un espectáculo en sí mismo. El PP aspiraba a ser el más duro en el espectro de las derechas con su propuesta de disolver a aquellos partidos que promuevan procesos de independencia o referéndum ilegales, cuando, ¡tachán!, se conocía que el líder popular en Barcelona, Daniel Sirera, se había reunido en agosto con dos representantes de Junts para tomarse un cafecito y comprobar el posible apoyo de los catalanes a la investidura de Núñez Feijóo. Costó que los populares, avergonzados, lo confirmaran. Qué pena que algo que debería ser normal, el diálogo entre diferentes, se vea en algunos ámbitos como pecaminoso.
Arévalo
Esta semana fallecía el humorista Paco Arévalo, e inmediatamente, como suele ocurrir ante hechos luctuosos, las redes se llenaban de comentarios surgidos del peor de los estercoleros. Realmente, dudo mucho de la idoneidad de echar pestes públicas sobre la figura de una persona que acaba de morir. Soy de esos que piensan que, si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada, aunque sea por respeto al dolor de una familia. Como apasionado del humor, reconozco que hay cosas que, escuchadas en 2024, pueden congelar la sonrisa que provocaban décadas atrás. Pero intentar atacar la chanza de hace años desde valores contemporáneos me parece del todo injusto.
Vomitivo
Arden las redes con la desclasificación de los documentos judiciales asociados a Jeffrey Epstein y esas nauseabundas fiestas con menores de las que, y he ahí el morbo, formaban parte personas afamadas de los más diferentes ámbitos.
Han sido trending topic, por ejemplo, el ex-presidente estadounidense, Bill Clinton, y el célebre científico Stephen Hawking por aparecer, como muchos otros, en esa documentación. Estar en esos papeles, inciden las fuentes judiciales, no conlleva haber llevado a cabo acciones punitivas, pero en un asunto tan turbio, por ser suave, ya pone a esos nombres en el foco.
Izquierda española
Abría estas líneas con un refrán añejo, y lo cierro con otro: “Éramos pocos y parió la abuela”. Una nueva formación sale a la palestra política, con las elecciones europeas como primer horizonte. Su nombre, Izquierda Española. Su ideario, entre otros aspectos, apuesta por constituir “una izquierda que no olvide nunca que con la extrema derecha nacionalista, racista y xenófoba, de cualquier parte, no se puede ir ni a la vuelta de la esquina”. Menos aún a tomar un café, que luego sale a la luz, y te la lían.
Este nuevo partido cuenta con el liderazgo de Guillermo del Valle, abogado y director del “think tank” El Jacobino (presentado como “alternativa a la izquierda reaccionaria”), y con “personas que vienen de la izquierda más transformadora”. Añado yo, el partido de Macarena Olona, Caminando Juntos, que sumó apenas 5.500 votos el 23-J.