Su primer personaje televisivo lo encontró Pablo Puyol en una de las series más icónicas de principios de los 2000, Un paso adelante, donde durante 73 capítulos fue Pedro Salvador. Su trabajo fue muy alabado y la crítica le brindó sus mejores referencias. Aunque había comenzado haciendo teatro, es la televisión el medio que le tendió la mano en el mundo de la interpretación, y el que más fama le ha proporcionado, cosa nada inhabitual.
La crítica dice de él que es un actor con una potente fuerza interpretativa. Es también un experto bailarín y canta con gusto. Estas habilidades le han llevado a protagonizar distintos musicales, como Grease o La bella y la bestia. A pesar de que este es un género en el que se ha sentido muy cómodo, él siempre ha preferido medios audiovisuales, como el cine o la televisión, incluidas películas de temática arriesgada para la taquilla.
Trabajó en 20 centímetros, dirigida por Ramón Salazar, película musical que versaba sobre una transexual que sufre de narcolepsia y se queda dormido en el momento menos oportuno. La película fue muy arriesgada, al combinar comedia, temática gay y partes cantadas y bailadas, además de un fracaso en el ranking de taquilla de 2005. Posteriormente se embarcó en Chuecatown, filme que narraba la vida del popular barrio gay de Madrid, con un destacado papel como agente inmobiliario con pocos escrúpulos. También participó en Clandestinos.
En televisión se ha paseado por historias muy conocidas, como la última temporada de Los Serrano, pero también ha estado en Casi perfectos, Tirando a dar, La pecera de Eva, Stamos okupa2, Esposados o Gim Tony.
Sin embargo, hay dos series icónicas en las que su presencia ha sido más que notable: Arrayan, un culebrón que emitió Canal Sur y en el que durante 45 episodios se convirtió en Hugo, un secundario con mucha presencia en las tramas, y la comedia de Cuatro Ciega a citas, en la que daba vida a Alberto, un seductor de tres al cuarto que intentaba ligar con la protagonista. El teatro, aunque lo ha tenido más en segundo plano, suele ser su refugio cuando fallan otras alternativas de trabajo, algo muy común entre sus compañeros de oficio.
Pero no todo ha sido para él meterse en la piel de un personaje. También quiso explotar su faceta de cantante y tras la gira con el grupo Upa Dance lanzó un álbum en solitario, Déjame, que salió a la venta en 2005 en España fracasando totalmente en las listas de ventas.
En Francia, país donde se lanzaron dos singles, el disco entró en las listas de ventas y fue incluso disco de oro, a resultas de lo cual Pablo Puyol realizó diferentes conciertos por toda la geografía francesa. En estos momentos, después de un tiempo de parón, anda a la espera de entrar en el elenco de Servir y proteger. Estaba fuera de cámara pero parece que el polifacético malagueño sale de tal situación.