Portugal se llevó el sábado por la noche el primer festival Eurovisión de su historia gracias a una memorable actuación de su representante, Salvador Sobral, que conquistó Europa con una exhibición de sencillez e intimidad que le auguran un gran futuro más allá del concurso más televisivo del mundo.
La actuación del portugués en el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev, con la canción Amar Pelos Dois (Amor para dos), logró 758 puntos al ganar tanto el televoto de millones de telespectadores, como la nota más alta del jurado profesional, cuya opinión vale la mitad en el resultado final.
Sobral, de 27 años, se metió en el bolsillo a todo el mundo -periodistas, críticos, pero sobre todo al público- con una balada marcada por la sencillez, con nulos efectos visuales salvo la imagen de un bosque a sus espaldas.
Cuando salió a la escena, se hizo un silencio absoluto entre el público que presenció la actuación: su expresividad, sus delicados e irrepetibles movimientos con la cara y con el cuerpo hicieron el resto.
Poco antes de pasar el corte de la primera semifinal, algo que se daba por hecho, el luso definió su representación como “emoción, sensibilidad y simplicidad”.
La victoria de Sobral tiene aún más valor por el delicado estado de salud del cantante, que incluso se perdió los primeros ensayos. El joven está a la espera de un donante para ser operado del corazón, porque padece un grave problema cardíaco.
A más de 150 puntos de distancia, el segundo lugar fue para el jovencísimo Kristian Kostov, con la balada Beautiful mess (Hermoso desastre), destacada por los críticos tanto por su fuerza vocal como su puesta en escena.
bulgaria El cantante búlgaro, de apenas 17 años, también salió bien parado tanto de la votación del jurado como la del público, aunque muchos piensan que le pudo favorecer el apoyo de la numerosa comunidad rusa esparcida por toda Europa.
Los medios rusos hicieron campaña por Kostos después de que Ucrania vetara la participación en Eurovisión de la representante rusa, Julia Samóylova, por haber actuado en un concierto en la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Kostos nació y vivió hasta hace poco en Moscú, donde hace cuatro años llegó a la final de un concurso de voz infantil de la mano de Dima Bilán, ganador del festival Eurovisión en 2008.
La gran sorpresa de la gala fue el tercer puesto de Moldavia, que no figuraba entre los cinco favoritos según las casas de apuestas, pero que lo dio todo con una de las actuaciones más bailables en la final. El grupo Sunstroke Project, con Hey Mamma, puso en escena una impecable coreografía, sencilla pero contagiosa, coronada por la desbordante alegría de su saxofonista, toda una estrella del conjunto moldavo. Italia, que partía como la gran favorita, se tuvo que conformar con el sexto lugar.
El candidato español, Manel Navarro, quedó en última posición tras escapársele un gallo en una actuación que sólo logró cinco puntos del público. Es la quinta vez en la historia que España queda en ese lugar, pero tan sólo en 1999 la candidatura española obtuvo un resultado peor: entones Lydia Rodríguez no consiguió ni un sólo punto. “A mí me gusta la canción, la he compuesto yo. No hay que hacer un drama de esto. Ha sido una experiencia única y la voy a recordar siempre para bien, no para mal. Esto me da más fuerzas que nunca para seguir trabajando”, afirmó el cantante. - Efe
un ‘calvo’ que puede salir muy caro. El espontáneo que se bajó ayer los pantalones en el escenario (momento que recoge la foto) en plena actuación de Jamala, la ganadora de 2016, podría ser condenado en Ucrania a hasta cinco años de cárcel. Se trata del ucraniano Vitali Sediuk, ya conocido por incidentes similares con estrellas como Leonardo DiCaprio, Madonna, Will Smith, Bladley Cooper, Adelle o Kim Kardashián. Foto: DNA