En estos días del “vuelve a casa vuelve”, a Isabel Pantoja le persiguen los foteros del corazón, desde las frías puertas de la cárcel hasta aquel caserón que tiene por nombre Cantora. Esto de tener una tonadillera en la cárcel les está dando mucho juego en las largas tertulias del corazón que pueblan las cadenas de televisión. Ya uno no sabe si sentir pena o dar palmas cuando reingresa. Algo así como con la candidata o concursante o lo que sea a Miss Universo, un título que a todas luces abarca demasiado. Resulta que durante dos minutos el cetro de la belleza universal recayó en la colombiana Adriana Gutiérrez. No se sabe si por tongo, arrepentimiento o por un error el presentador leyó mal el nombre y regresó al escenario para explicar que se había equivocado y que, mira tú qué faena, la ganadora era la representante de Filipinas, Pia Wurtzbach. Y resulta que la Pia es tan patriota que además es amante del presidente de Filipinas. Un tipo el presidente, que primero pone a su servicio las bellezas antes de que salgan a ganarse el universo. Universo que parece crecer cuanto más se le conoce. Lo último que se ha descubierto más o menos a unos 700 millones de años luz de la Tierra, para que me entiendan cerca del cúmulo Zwicky 8338, sí hombre si no tienes más que seguir recto y no tiene pérdida, en lo que llamamos la constelación de Hércules, para que me entiendas. Bueno, pues ahí mismo hay una galaxia que posee un efecto especial digno del estreno cansino de Star Wars. Una película que nunca he logrado ver hasta el final ni siquiera por televisión y a pesar del esfuerzo de promoción que han hecho todas y cada una de las cadenas en convencernos de que es un filme histórico. Dicen que por allí hay una portentosa cola de rayos X de una longitud de al menos 250.000 años luz, que viene a ser como comparar lo de Nacho Vidal con lo de cualquiera que es más del tamaño de la Vía Láctea. Para que luego digan que el universo tiene su morbo.
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