YA se ha resuelto el dilema. Robert de Niro ha aceptado hacer de Tony el personaje que dejó huñerfano con su muerte prematuraJames Gandolfini para la serie Criminal Justice que parece ya están grabando en Roma. Es largo el listado en los que uno de los grandes del cine recala en televisión. Hasta cierto punto se retroalimentan incluso en América donde el cine posee una mala salud de hierro y la televisión sobrevive con energía produciendo las series más interesantes del panorama mundial. Aunque hablando de cambios: ¿saben que Sara Carbonero ya no es la mujer más deseada de las que trabajan en televisión? Le han superado Ana Pastor, el azote de los políticos en las entrevistas cuerpo a cuerpo y la que le hiciera un strepteesse de pañuelo al mismísimo presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. La segunda más atractiva para esta encuesta es Luján Argüelles la rubia de voz radiofónica de La Sexta que últimamente se ha especializado en casar a todo el mundo. En el lado masculino se mantiene Alex Fernández el mistar que sigue incansable todas las mañanas dándole duro a la ruleta y le sigue en la encuesta Santi Millán.
No termino de entender este proceso por el cual un espectador está deseando al presentador mientras este hace preguntas, cuenta las noticias o mueve las chuletas. Vamos que hay que disociar mucho para desear a Ana Blanco mientras pasa de puntillas sobre el asunto Bárcenas o África Baeta -que no para de moverse- mientras nos habla sobre el metro de Bilbao, por poner dos ejemplos. Claro que en esto de enamorarse de las presentadoras de televisión tenemos un ejemplo muy real. Dicen que lo de Felipe y Letizia fue un flechazo de 625 lineas. Creció noche a noche hasta que no pudo más y un día se presentó en TVE y se hizo el encontradizo. Ya ven qué caprichos.