vitoria. Ha pasado más de una década pero aún son muchos los espectadores que recuerdan su guiñol en Canal+. Después formó parte del equipo inicial de CNN+ y desde 2005 está en los informativos de Cuatro.
Lleva seis años presentando el informativo con la misma persona. ¿Cómo se lleva su ausencia?
Fatal (se ríe), muy mal porque estoy acostumbrada a los tiempos y al estilo de trabajo en pareja. Además Miguel Ángel y yo trabajamos muy compenetrados y las ausencias largas de un mes se acaban notando, te pasan factura.
¿Es casi tan importante con quién se trabaja que lo que toca hacer?
No casi, es más importante porque se rinde mucho más cuando las relaciones personales son buenas. Eso a veces no lo tienen en cuenta los que deciden. Todos desarrollamos mejor nuestros talentos cuando tenemos cerca gente que nos entiende y nos sabe valorar.
Ustedes han pasado juntos muchas cosas, entre ellas la fusión de los informativos con los de Telecinco. ¿Cómo ha ido el proceso?
Creo que está culminado y lo que sentimos en la Redacción es inmejorable. Los que veníamos de Cuatro nos hemos sentido arropados desde el primer momento y estamos muy a gusto. Nosotros en realidad somos unos supervivientes en un proceso muy difícil y muy duro para mucha gente y queremos ser agradecidos. La forma de demostrarlo es hacer nuestro trabajo lo mejor que podemos con los medios que tenemos ahora, que son mejores que los que teníamos antes.
El informativo del fin de semana es el que aparentemente tiene más continuidad con la etapa anterior...
Miguel Ángel y yo no hemos hecho ningún cambio ni en los temas ni en la organización, seguimos haciendo el informativo que nos gusta: riguroso, con temas que hagan más comprensible la actualidad y de pisar mucho la calle. Seguimos con los mismos temas y con la misma idea de periodismo.
¿Cada fin de semana de agosto ha llegado a la Redacción pensando que iba a haber grandes noticias... y malas, por cierto?
La economía no nos ha dado ni un respiro. Yo que he trabajado muchos años en agosto puedo decir que es mentira que no pasa nada, pasan muchísimas cosas y hay que estar en guardia permanentemente. Los periodistas no tenemos horario, no se cierra la oficina; da igual que sea diciembre o agosto. En eso no existe mucha diferencia, pero sí la noto en una cosa: en verano hay menos gente para hacer los temas.
¿Los espectadores tampoco se han cogido vacaciones?
Tal vez los hábitos del verano son diferentes, pero la gente sigue estando informada, estoy convencida.
¿Este año especialmente?
Claro, la crisis nos ha dado a todos una razón para no desconectar. Al final la actualidad te arrastra, yo lo digo desde el punto de vista periodístico pero nos pasa a todos.
¿Le parece mentira que haya desaparecido CNN+?
Me parece terrible para el periodismo, es una pena que la crisis se lo haya llevado por delante. No solo es el canal, es toda la gente que lo hacía. La crisis está sembrando el país de un drama tras otro y en el periodismo no ha sido menos, miles de compañeros de un montón de medios se han ido a la calle.
Pues qué triste que cuando más se necesita a los periodistas, menos se les paga y más se les despide...
¿Se pueden seguir haciendo las mismas cosas con menos gente? Pues igual se pueden hacer, pero no se harán mejor. Si se sigue recortando y despidiendo periodistas, no vamos a poder cubrir todo el espectro para poder garantizar la información a los ciudadanos.
Primero estudió Filosofía y Letras. ¿El Periodismo fue una vocación tardía?
Empecé Filosofía y Letras -y tal vez algún día lo retome porque me parecía muy interesante-, pero mi padre me dijo que si seguía por ese camino iba a acabar tocando la guitarra en el Metro, así que me metí en lo que realmente quería, que era Periodismo, y me fui a hacer Ciencias de la Información a Leioa. Fueron unos años estupendos, conocí a grandes amigos que conservo todavía. A finales de los 80, Bilbao era una ciudad bastante convulsa, pero para mí fue un lugar privilegiado para estudiar.
¿Por qué eligió la Universidad del País Vasco?
Quería estar cerca de la costa; podía haber venido a Madrid pero preferí quedarme cerca de Oviedo.
¿Vivió en Bilbao?
Sí, lo recorrí de punta a punta porque viví al lado de San Mamés, en Deusto, en Begoña, en Pozas,... me sé el callejero de memoria.
¿Vuelve con frecuencia?
Suelo ir una vez al año mínimo. En la época en que yo viví allí era una ciudad mucho más oscura, estaba más sucia, no tenía nada que ver. El año pasado estuve paseando al lado de la ría, cerca del Guggenheim, y no reconocía dónde estaba. Para mí era todo nuevo, está precioso.
¿Eligió esta profesión para contar cosas a la gente o para enterarse usted la primera?
Siempre he sido muy curiosa, me gustaba destripar todo, desde un muñeco a un aparato de radio, y yo creo que ahí empezó lo del Periodismo: destripar la actualidad para después intentar encajar las piezas en su sitio. Además la radio siempre me había fascinado, así empezó el gusanillo. Me interesaba la información y concretamente en radio. ¡Y mira dónde estoy! (se ríe)
Ha estado al frente de varios especiales de información política. ¿Es la que más le gusta?
Ha sido casual. Creo que a veces nos olvidamos de lo que afecta a la gente que nos ve. La dosis de información política debe ser la justa porque muchas veces solo es la propaganda que se cruzan los partidos entre ellos y que realmente no nos deja ver lo que necesitamos saber. Debemos saber separar lo importante de lo propagandístico.
¿Sin preguntas no hay cobertura?
Exactamente, no hay cobertura real de una noticia. Es inexplicable e inasumible que se convoquen ruedas de prensa que no son tales. Si de mí dependiera, solo mandaríamos las cámaras. Siempre me ha gustado mucho Gay Talese -uno de los creadores del nuevo periodismo- que habla del periodismo de clase alta y de los periodistas que llevan a sus hijos a los mismos colegios que los políticos. Es muy difícil decir ciertas cosas de personas con las que se tiene mucha relación. A veces estamos muy cerca del poder y no sé si eso es bueno.
Usted siempre ha estado en informativos puros. ¿Le ha rondado la idea de un debate o de un programa de entrevistas?
¡Me encantaría un debate!, creo que es un caramelo para cualquier periodista de informativos. Es un registro no muy alejado de lo que hago ahora pero que me resulta tremendamente interesante.
Una curiosidad, ¿le pidieron permiso para hacer su guiñol?
Bueno, me invitó a comer el responsable y me dijo que ya estaba hecho. Todavía hoy la gente pregunta por el guiñol de Hilario y Marta. Lo mejor eran aquellos guiones tan sarcásticos, con tanta chispa. Era una manera tan inteligente de contar las cosas que es una pena que desapareciera. Ahora sería un momento excelente para recuperar Las noticias del guiñol.
¿Y ese boli que tiraba?
Siempre me han gustado los bolígrafos grandes, con presencia, con personalidad. Es verdad que a veces movía las manos un poco más de la cuenta y me pillaron el tic. Nunca se me cayó ningún boli, pero lo caricaturizaron y resultó gracioso.