EstA semana hemos sido testigos de dos sensaciones televisivas. Por un lado la recreación de la vida de la reina Sofía que dio para explicar a los pequeños que aquel tipo vestido de militar con bigote era Franco y que había sido en realidad mucho más pequeño aunque, seguramente, uno de los mayores criminales de todos los tiempos. Más erguido y ufano todavía vimos un vídeo grabado a un gorila de espalda albina que habita en el zoo de Kent en Inglaterra. Iba más tieso que un ajo. Dicen que compartimos con los orangutanes el 84% de los cromosomas y, desde luego, sí que se le ve a Ambam, que así se llama el primate, cierto aire chulesco como de primo de zumosol o rey sin trono que espera que le lleven su corona en Portugal. Y hablando de espera por fin pude ver Consumidores en ETB2, ese programa que maneja la información y el debate. Y que modera con insistencia Carlos Sobera con la inconmensurable paciencia de Adela González. Para los que admiramos a Adela de los tiempos de Pásalo vemos en su gesto cierto aire de melancolía. Lo cierto es que a esta mujer siempre le ponen los presentadores más graciosos del mercado. Porque anda que no tuvo que lidiar los chistes rápidos de Iñaki López, que por cierto ahora anda enredando los debates de El conquistadors del fin del Mundo. Algo sufrió Adela hasta que aprendió a aguantarse los chistes y lo fue metiendo en vereda. Ahora va y le toca con Carlos Sobera: un presentador capaz de inventarse un mueca por segundo y despedir el programa y salir del plató antes de que Adela diga algo. Es lo que tienen los egos en estos programas donde se defiende a los ciudadanos: que por más que lo intento no recuerdo qué temas trataron, ni qué pegas propusieron los sufridos consumidores. Sobera rápido y Adela, no sé cómo decirlo: ¿un poco ausente?