DA un poco de miedo que alguien utilice el fútbol como cortina de humo con la que tapar otros problemas. Acuérdense la fama que tenía Franco de usarlo para que nadie hablara de asuntos más perentorios, que es como llama Zapatero a los derechos que según parece tienen los intelectuales. Pero algo hay que barruntar. En cualquier otro momento deberíamos estar abrumados por lo que ha dicho el Banco Central sobre nuestra situación económica: "en estado muy grave". Pues como los enfermos de colesterol en vísperas de una boda, ocultaremos debajo del sofá nuestros problemas y, así sea la mismísima bancarrota. Taparemos el diagnóstico y le pondremos una camiseta roja para que nos dejen estos días tranquilos. Por una vez la atención la tenemos mayormente en lo que pueda pasar en el sur, en el Mundial de Sudáfrica. Y tanto esperar el Mundial de fútbol y resulta que, en plena crisis, la mayor parte de los partidos los echan por cadenas de pago. Ya ven: el fútbol siempre haciendo caja. Aunque parece que los primeros que han comenzado a cobrar son los ladrones de Johannesburgo. Ayer varios periodistas fueron atracados y al minuto se sabía del robo por todo el mundo. Y es que todo lo que rodea al fútbol tiene carácter de inmediato aunque haya cosas que no se compartan. En Austria por ejemplo han prohibido que en la tele se puedan ver cabezazos como el que propinó Zidane al jugador italiano Materazzi en el Mundial de Alemania, según dicen por mentar a su hermana. Esto viene porque algún listo había copiado la idea y la había puesto en escena en un anuncio en el que un hincha (menuda palabra esta), propina un cabezazo en el pecho a un policía que le multa. Como cunda el ejemplo vamos listos. Ya me imagino noqueados y con la nariz rota en cualquier disputa ciudadana.