Conocido sobre todo por ser el marido de Claudia Schiffer, Matthew Vaughn se estrenaba en las lides de la realización hace cinco años con ese estupendo filme noir que fue Layer cake (que de paso sirvió a los productores de la saga de James Bond para dar con el 007 perfecto, el duro Daniel Craig). Cortada por los mismos patrones que tan bien le habían servido a su compatriota Guy Ritchie, la cinta funcionó relativamente bien dando la oportunidad a Vaughn de elegir cuál sería el siguiente paso en su carrera.

Y la elección no pudo ser más acertada. Amigo personal de Neil Gaiman (creador de Sandman) fue Vaughn el que le propuso a éste llevar a la gran pantalla Stardust, una novela ilustrada por Charles Vess que desde su lanzamiento ha disfrutado de una gran reputación en el mundo del cómic. Stardust cobraba vida hace tres años, convirtiéndose de forma instántanea en una de las mejores adaptaciones que se han hecho de un cómic y estableciéndose al tiempo como uno de los filmes más agradecidos de 2007.Vaughn elige para su tercera cinta un título que, cuando se anuncia el comienzo del rodaje, aún no ha terminado de ver la luz por completo en Estados Unidos.

Creado por el irreverente Mark Millar y el gran John Romita Jr. (ver página del cómic), Kick-ass es un cómic hiperviolento que nos presenta a Dave Lizewski, el típico adolescente que pasa desapercibido hasta que un buen día decide convertirse en justiciero enmascarado. Presto a luchar contra los malos, Dave contará con la ayuda de Red Mist, Hit Girl y Big Daddy, otros tres enmascarados dispuestos a acabar con el crimen organizado en la Gran Manzana.