Madrid. La quinta temporada de Supernanny se despide hoy de Cuatro. Hábitos, normas y tiempo de calidad son los tres pilares sobre los que trabaja la popular psicóloga. Rocío Ramos-Paúl ha congregado cada semana en su programa a casi dos millones de personas para ver cómo consigue cambiar la conducta de niños que no quieren hacer los deberes, rechazan la comida e, incluso, insultan a sus padres. Esta especialista ha volcado su experiencia televisiva, y sobre todo la de su trabajo como directora de un centro de psicología en Madrid, en el libro Aprendiendo a enseñar.
Para esta experta lo más relevante es el llamado "tiempo de calidad", todo lo que tiene que ver con el refuerzo de la inteligencia emocional, la autoestima y las habilidades sociales, que se consigue con un esfuerzo diario de comunicación. "Una de las cosas importantísimas en este sentido es pasar tiempo con el niño, y no de cualquier manera, sino haciéndole protagonista. Tienes que escuchar sus cosas del colegio a los tres años, porque luego querrás que, cuando sea adolescente, te cuente lo que hace con la pandilla". Añade que "ser firme es fundamental, son necesarias normas y una figura de autoridad, pero no tiene por qué haber autoritarismo". Por ejemplo, muchos padres son partidarios de un cachete para reprender a un niño, algo que según Supernanny es un error: "Corres el riesgo de que el niño entienda que la violencia es una forma de solucionar las cosas, y, además, para que fuera efectivo habría que aumentar la intensidad. Hoy los castigos pueden hacerse con el tiempo de juego en las videoconsolas, por ejemplo".
"Yo ya no soy así" A la hora de preparar sus programas, Rocío Ramos-Paúl siempre aplica dos premisas fundamentales: "Que no exista ningún trastorno en el niño y que no haya ninguna otra intervención de un profesional, para no interferir". Con algunas de las familias sigue en contacto después de los años, con otras no tiene ninguno, aunque siempre les llama antes de la emisión para preparar a los niños ante la repercusión que puede provocar el programa. "Lo más bonito que me pasa entonces es que muchos niños se ven en la tele y les dicen a sus padres: Yo ya no soy así".