resulta que el fútbol es el futuro de las salas de cine. Vamos, que lo que no llena Nicole Kidman y Tom Cruise lo va a rellenar Ronaldo y Messi. Lo digo porque, según parece, el derbi del año, que es como le llaman al partido entre el FC Barcelona y el Real Madrid, podrá verse en los cines. Ya verán dónde van a ir a parar las palomitas cuando alguien meta un gol o si protegerán las pantallas cuando piten algún penalti injusto en el último minuto. Va a ser cierto que al final, todos los sistemas de cinemascope y Panavisión, en realidad lo que pedían a gritos eran las carreras de Villa hacia el área contraria en lugar de las cuadrigas o las persecuciones por los cañones del Colorado de las películas del oeste. Al parecer, detrás del acuerdo está Mediapro, que es quien tiene los derechos del negocio del fútbol y varias empresas exhibidoras de cine que podrían hacer posible que un partido fuera seguido por unos 16.000 espectadores al precio de una entrada de cine. Es posible que el empuje del fútbol llegue al resto de las artes. Me imagino que pronto llegarán los monólogos de Valdano Cinco horas con balón de Jorge Valdano o la popular zarzuela La verbena del sobaquillo de Camacho en el Baluarte, o las coreografías de Caparrós El lago de los leones en el Arriaga o los solos de balón del Niño Torres en el Kursal. Supongo que para el futuro, cuando los futbolistas ya no puedan moverse y se dediquen a la pintura, les cedamos también las salas de Guggenheim donde millones de turistas podrán seguir comprando sus camisetas. Se va haciendo justicia. Pronto veremos en las plazas esculturas del gran poeta Luis Aragonés, autor de aquel verso genial: "Aquí el más tonto hace relojes de madera. Y funcionan". ¿Se puede saber a qué espera la Academia de la Lengua para darle un sillón a este artista?
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