Con el horizonte puesto 2030 existe un compromiso real por parte de los países europeos para limitar o de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Con este objetivo en mente, a empresas, particulares e instituciones no les queda más remedio que adoptar diferentes medidas para lograrlo. Desde que el mercado energético en España se liberalizara, la figura de las asesorías energéticas han ganado peso y son una herramienta muy útil para analizar, controlar y aprovechar el consumo de una empresa o particular. Muchas empresas, sobre todo, han entendido que caminar de la mano de estas entidades es vital para avanzar hacia la sostenibilidad y reducir la huella de carbono, pero también para reducir la factura de la luz.
En un contexto en el que el precio de la electricidad no para de subir, este aspecto, también adquiere mucha importancia. En la mayoría de las ocasiones, el consumo desmedido de electricidad está ligado a un desconocimiento, por lo que contar con los servicios de consultorías/asesorías de servicios energéticos y ahorro de costes, son garantía de mejora en muchos aspectos.
En Álava hay algunas consultorías energéticas que hacen esta labor. Gasargi, por ejemplo, nació en 2017 y cuenta con un equipo humano con el que puede cubrir cualquier demanda del sector energético, tanto a nivel técnico como de comercialización, eficiencia energética y control de emisiones. Es la única empresa en Álava miembro de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética de España. La monitorización de consumos, las auditorías energéticas, los programas de reducción de emisiones, los planes de acción de energía y clima para instituciones, y la electrificación de parque móvil, entre otras acciones, figuran en su catálogo de servicios. “Hacemos un servicio 360 grados en cuestión de servicios energéticos, de ahorro de costes y de eficiencia energética”, explican mientras reconocen que la cultura energética cada día está más instalada en la sociedad y que ellos tiene una máxima que recalcan a su clientela: “El kilovatio más barato es el que no se consume”.
Cada vez más, los objetivos de las asesorías energéticas van encaminados no solo a encontrar la comercializadora más barata, sino hacer que las empresas consuman menos. “Hay que conseguir mantener las cotas productivas, pero reduciendo consumos con eficiencia energética y control de costes”, aseguran en Gasargi, que para ello cuenta con un equipo de ingeniería que busca las mejores soluciones para cada uno de sus clientes: implementar motores de alta eficiencia, optar por el autoconsumo, ver qué sistema de climatización es mejor, cambiar una caldera de gas natural por una de biomasa, usar un automatismo para reducir el consumo de un horno... Y todo esto, además, optando por la implantación de renovables. El cambio de mentalidad que se está produciendo en las gerencias, además, está ayudado a la implantación de estas mejoras. “Antes eso de invertir para ahorrar era complicado de entender, se quería gastar en una máquina que ayudara a producir. Ahora se asume como normal tomar medidas para que el gasto energético y económico sea menor y, de paso, cuidar el medioambiente y reducir la huella de carbono”.
Pasos a seguir
Cuando una entidad acude a una asesoría energética se le recomienda realizar una auditoria, una inversión que permite tener una fotografía energética y ofrece información del estado de todos elementos y dispositivos que necesiten energía para saber cuál es el que antes tiene un retorno de inversión, te dice dónde ir poniendo el dinero y permite ir estableciendo un plan de acción. Después de este primer paso llegará la monitorización de consumos para tener un control de picos de potencia, de picos de consumo reactivos... se estudiarán programas de reducción de emisiones y otras muchas acciones ajustadas a las necesidades que haya detectado la auditoría. En todo caso, si por presupuesto u otras circunstancias no se realiza la auditoría, también te toman medidas ajustadas a cada cliente que aunque no tan precisas si permitirán reducir costes. “Una auditoría minuciosa se realiza en, más o menos, 10 semanas porque hay que colocar analizadores de redes en los cuadros para hacer mediciones generales y mediciones puntuales, tomar datos y analizar los antes de elaborar un informe”, explican desde Gasargi. “Si no conoces cómo trabajan los elementos energéticos de tu empresa nunca vas a saber cuál es el mínimo coste energético de tu producto”, resumen.