Agentes de la Guardia Civil, en el marco de la operación 'Lodacan', han investigado a dos personas por cazar de manera ilegal un ejemplar de Capreolus capreolus (corzo) de alto valor medioambiental al ser un animal de unas características morfológicas excepcionales que se cuidaba en un coto de caza del término municipal de Jerez de la Frontera para la mejora de la especie. El daño ambiental a la explotación cinegética roza los 70.000 euros.

Según explica el Instituto Armado en una nota, además de investigar al autor de la caza furtiva del corzo se ha investigado a una segunda persona como encubridor de los hechos investigados. Asimismo, ha indicado que para poder atribuir la autoría del hecho delictivo, ha sido necesaria la colaboración de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (Ucoma).

La investigación se inicia con motivo de la denuncia presentada por parte del guarda de una conocida finca cinegética del término municipal de Jerez que manifestó que un ejemplar de corzo, que tienen muy controlado por ser el más destacable de la zona, llevaba días sin localizarlo siendo probable que hubiera sido cazado de manera ilegal, aportando fotografías del animal vivo dentro de la citada finca.

Tras constatar que el animal había sido abatido de manera ilícita, los guardias civiles pusieron en marcha una investigación encaminada a la detección e identificación del autor de los hechos, logrando obtener una imagen en la que aparecía una persona que posaba con un corzo abatido de similares características al del ejemplar que aparecía en las fotos aportadas por el denunciante.

Informe pericial

Las fotografías fueron remitidas a la Unidad Técnica del Ucoma en Madrid para que, a través de las características morfológicas observadas en las cornamentas, emitieran un informe pericial de comparación e identificación que permitiera concluir que tanto el corzo de la imagen que aparecía junto al cazador, como el de las imágenes aportadas por el denunciante, correspondían al mismo ejemplar.

Por todo esto, y tras identificar de manera fehaciente a la persona que aparecía en la imagen posando junto al corzo abatido, se procedió a investigarlo como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna. Por su parte, el investigado alegó que el animal había sido cazado de manera legal y aportó un precinto para caza mayor de la Delegación Territorial de Medio Ambiente en Cádiz, así como a un testigo que manifestó haber invitado a cazar el citado animal en el coto de su finca.

Precinto para caza mayor no válido

Tras indagaciones realizadas por los agentes investigadores del Seprona se pudo confirmar que el precinto aportado no era válido y que ninguna de estas personas estaban autorizadas a cazar en el coto donde alegaban que habían abatido al animal, por lo que se demostró que este testigo había faltado a la verdad de manera consciente e intencionada, procediendo a investigarlo como presunto autor de un delito de encubrimiento.

El trofeo del corzo abatido, valorado en 6.403 euros, fue recuperado por los agentes y puesto a disposición de la autoridad judicial, que una vez finalizado el procedimiento, será quien decida la devolución a su legítimo propietario, cuyos representantes está previsto que se personen como perjudicados en el procedimiento judicial, ya que el daño medioambiental ocasionado a la explotación cinegética ha sido valorado en 69.701 euros.