Un equipo de voluntarios llegados de Sevilla para ayudar a los vecinos de El Reatillo, una aldea valenciana afectada por la DANA, ha denunciado las trabas que encontraron para acceder al lugar por parte de una empresa poseedora de un coto privado de caza. Dicha compañía pertenece a la marquesa María de Borbón y de Rojas, prima de Juan Carlos I, y a su marido, el también marqués Ramón José de la Cierva García-Bermúdez.

Los familiares del emérito ya protagonizaron una polémica el pasado martes, cuando salió a la luz una carta enviada desde su empresa, Bordier S.A., en la que lamentaban que los vecinos de El Reatillo atravesaran parte de su finca para acceder a la aldea tras el derrumbe del puente que la conecta a la carretera.

La respuesta de los aldeanos, que se pronunciaron a través de su asociación vecinal, fue de indignación. “Lo que indica el marqués en su escrito nos parece patético, sorprendente y altamente insolidario en estos momentos en los que estamos ocupados en sacar el barro de nuestras casas”, criticaba el comunicado. Los vecinos aseguraban que la misiva cuenta con “inexactitudes y afirmaciones que no son ciertas”, por lo que relata la situación “de manera errónea”.

Caminos intransitables

Este jueves, Ignacio Martínez, presidente de la asociación sevillana ‘Raid Solidario’, se ha sumado a las protestas de los vecinos al contar que la propiedad de la finca impidió el acceso de tres vehículos de voluntarios, como cuenta ‘elDiario.es’. “Antes de llegar al puente derruido ya nos pararon los guardeses de la finca en la carretera que lleva al puente para comunicarnos que no podíamos acceder, ya que el puente estaba derruido y que solo se podría llegar por finca privada al mismo y que era mejor que no siguiéramos”, explica Martínez. Los voluntarios continuaron su camino igualmente para “estudiar alguna posibilidad de paso”.

Al final consiguieron acceder creando, entre voluntarios y vecinos, “un pequeño paso peatonal colocando algunas piedras y una cuerda de seguridad” para poder ir a pie a la aldea a realizar trabajos de limpieza. “Comprobamos que es fácil el acceso en 4x4 a la aldea, pero efectivamente, pasando a la finca privada y recorriendo unos 500 metros por una pista en mal estado de la finca”, cuenta el presidente de la asociación.

Los voluntarios, explica Martínez, intentaron en todo momento acceder a la aldea evitando las trabas de la empresa propietaria de la finca. Esperaron a que la Guardia Civil llegara a la zona, pero a los agentes “les acompañaban en el mismo vehículo los guardeses de la finca”. “Con el mismo argumentario que hemos visto en la carta del propietario”, continúa el presidente de Raid Solidario, les negaron el acceso alegando que “no tenemos su autorización”.

Los agentes del instituto armado les indicaron entonces tres vías que podían utilizar para llegar a la aldea, pero los voluntarios comprobaron que “ninguna de las tres alternativas era practicable” porque “son caminos que deben de llevar decenios sin usarse, totalmente rotos y cubiertos en su gran parte de vegetación, aparte de los corrimientos de tierra que han provocado las lluvias”. E incluso si las vías fueran transitables, Martínez añade que habrían tenido que cruzar el río, “ya que la aldea se encuentra en la ribera de enfrente”.

El presidente de Raid Solidario considera que la actitud de los propietarios de la finca es “totalmente increíble” por, “conociendo las circunstancias”, impedir el paso a la aldea “por una pista en mal estado que discurre por la linde de la finca. El equipo de voluntarios ha regresado a Sevilla, según Martínez, “con sabor agridulce, no entendiendo la actitud de algunas personas”.