¿Existe una relación directa entre el cambio climático y los terremotos?
Por supuesto que sí. Un ejemplo claro es la península de Escandinavia. Al acabarse la glaciación, hace 12.000 años, el hielo se derritió y el mar subió 140 metros. Islandia entró en un periodo de explosión volcánica brutal.
¿De qué manera puede influir el clima en la actividad sísmica?
El calentamiento global aumenta el riesgo de que haya terremotos a través del incremento del nivel del mar. La presencia masiva de agua produce estrés en muchas fallas y puede hacer que se produzcan terremotos en zonas que previamente estaban tensionadas.
¿Hay consenso sobre esta idea que relaciona el cambio climático y la actividad sísmica?
Hay autores que niegan esta teoría porque creen que existe una membrana que no deja conectar la atmósfera y la litosfera. No es fácil establecer una relación clara porque el hecho de que llueva no quiere decir que se vayan a producir terremotos.
¿Es Euskal Herria una región propensa a sufrir terremotos?
Euskadi es un territorio muy poco dado a la sismicidad por sus características; no ha habido grandes terremotos. En Navarra sí es una zona sísmica, sobre todo en la zona norte. La zona este de Pamplona lleva unos años generando terremotos importantes. Lizarraga, al oeste, registró en 1998 un terremoto de 5,2. No tuvo consecuencias porque estaba lejos de la zona metropolitana. En el otoño de 2020 hubo días con más de 100 temblores.
¿Estamos preparados para un terremoto como el de Lizarraga?
Estamos preparados, pero regular. No ha habido grandes desperfectos porque la genética arquitectónica de Euskal Herria es sismoresistente de por sí. En la comarca de Pamplona las casas han demostrado que aguantan bien aceleraciones que no están contempladas en la normativa. Los mayores problemas vinieron en los años 40 con la irrupción del hormigón armado.
¿Qué medidas se han adoptado ante posibles terremotos?
Los partidos políticos aprobaron por unanimidad que se enseñara a los críos en las escuelas qué es un terremoto y qué hacer si se produce uno. También se decidió llevar a cabo una revisión más profunda del tema, especialmente en la Cuenca de Pamplona. No se hizo prácticamente nada.
¿Qué propone usted?
Mi propuesta siempre ha sido hablar con Protección Civil y adecuar nuestro estudio y previsión de los impactos en relación a nuestra geología y no copiar lo que se hace en otras regiones, como en Murcia. El Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en la Comunidad Foral de Navarra (SISNA 2020) está obsoleto.
¿Qué acciones individuales podemos realizar para combatir el cambio climático?
Las acciones individuales sirven de poco; la solución debe ser colectiva, pero a nivel mundial. Lo que podemos hacer es adaptarnos al cambio climático, como en urbanismo. A veces se construyen hospitales encima de una falla porque no distribuimos el territorio según criterios geológicos. Yo abogo por adecuar el medio humano a la realidad natural. Hay zonas donde es necesario construir desde el punto de vista sísmico.