Cuando se cumple un año del crimen en Tailandia del cirujano colombiano Edwin Arrieta presuntamente a manos del chef español Daniel Sancho, la defensa del hijo del actor Rodolfo Sancho se mantiene la esperanza de que el tribunal no vea premeditación y así pueda salvarse de la pena de muerte. Queda menos de un mes para conocer la sentencia. Mientras tanto, la Fiscalía tailandesa ha descartado presentar un informe final sobre el caso, al afirmar que lo relevante son las pruebas aportadas durante el juicio, las cuales la defensa busca desmontar en su último alegato.

Así lo aseguró a EFE el fiscal del caso, Jeerawat Sawatdichai, quien dijo que "la ley solo tiene en cuenta las pruebas presentadas durante el juicio (...) El informe no tiene ningún impacto en la consideración del tribunal".

El tribunal provincial de Samui celebró un juicio de cuatro semanas, que concluyó el 2 de mayo, contra Sancho por el supuesto asesinato de Arrieta en la cercana isla de Phangan (sur de Tailandia) hace mañana un año.

El juez fijó en el 25 de julio la fecha máxima de entrega de lo que Tailandia llama los alegatos finales de la Fiscalía y la defensa, mientras que la sentencia será dictada el 29 de agosto por dicho tribunal.

Sancho se enfrenta a una condena máxima de pena de muerte, que Tailandia suele conmutar por un castigo menor, de ser hallado culpable del asesinato premeditado de Arrieta, a quien conocía desde un año antes de los hechos y con quien quedó en Phangan.

Para el fiscal, que trató de demostrar con pruebas forenses y una veintena de testigos durante el juicio que fue un crimen premeditado, el alegato final, que no es obligatorio, sería innecesario en su caso, ya que "el tribunal ni siquiera lo mirará ni lo utilizará para tomar una decisión".

"El tribunal solo examina las pruebas presentadas por la acusación durante el juicio para determinar si son creíbles", resumió, sin entrar en valoraciones.

La Fiscalía mantiene las tres acusaciones contra Sancho: asesinato premeditado, ocultación del cadáver -por el descuartizamiento de Arrieta, cuyos restos fueron hallados en varios lugares de Phangan, incluido el mar- y destrucción de documentación ajena -por el pasaporte del colombiano-.

Durante esta fase, Jeerawat explicó que no puede cambiar los cargos presentados al inicio del juicio.

La defensa apunta contra las pruebas

Por su parte, la defensa de Sancho presentó hace una semana en el tribunal su informe final de conclusiones, muy centrado en cuestionar las pruebas criminológicas de la Fiscalía, según informaron a EFE desde el equipo legal del español.

Este escrito fue elaborado por la defensa del acusado tanto en Tailandia como en España, según confirmaron dos de sus representantes, que añadieron que con este documento buscan desarmar la acusación de asesinato premeditado.

"El informe criminológico se centra en desmontar las pruebas de la Policía y en recopilar las incongruencias de los testigos de la Fiscalía", dijeron estas mismas fuentes.

Uno de los argumentos de la defensa para contradecir la acusación de premeditación es que Sancho no adoptó, consideran, una dinámica criminal antes del supuesto asesinato.

Así, indican que el joven de 30 años no ocultó su rostro en las horas previas al asesinato, por ejemplo cuando fue a un supermercado a comprar cuchillos y una sierra, que la Policía considera elemento de la premeditación.

También arguyen que Sancho entregó su pasaporte en una tienda de alquiler de motos al llegar a la isla el 31 de agosto, dejando constancia de su identidad y presencia en Phangan.

La prueba del cuchillo

Otro de los objetivos del escrito, según las mismas fuentes, es cuestionar pruebas presentadas por la Policía, como el cuchillo con el que supuestamente descuartizó el cuerpo de la víctima y que contenía ADN de Arrieta y Sancho.

Según el escrito de la defensa, este objeto fue recuperado en el hotel donde se cometió el supuesto crimen dos semanas después, y la directora del alojamiento reconoció durante el juicio que había tirado el original y que aportó uno idéntico de otra habitación, dificultando que tuviera los restos genéticos.

Sancho, quien inicialmente confesó el crimen ante la Policía, se ha declarado después únicamente culpable del descuartizamiento de Arrieta, y durante el juicio afirmó que su muerte se debió a un accidente ocurrido durante una pelea en la que trató de defenderse de un intento de violación.