Los Mossos d'Esquadra trabajan con la hipótesis principal de que el conductor del autocar que ayer se empotró en la boca de un túnel en Pineda de Mar (Barcelona), en un siniestro con 47 heridos, de los que cuatro siguen graves, se durmió al volante, aunque siguen investigando para aclarar lo ocurrido.

Según han informado a EFE fuentes policiales, el conductor ha explicado a los agentes que había tenido un episodio de sueño al volante, si bien los investigadores tratan ahora de corroborar esta hipótesis con el testimonio de los pasajeros y otras pruebas clave, como la trayectoria de la frenada del vehículo.

La División de Tráfico de los Mossos centra su investigación en distintos frentes, desde la versión del conductor y de los testigos, hasta la inspección ocular de la zona o el análisis del vehículo y de la carretera, de las condiciones climatológicas y el tacógrafo, para determinar las causas del siniestro y por qué el autocar quedó empotrado de forma semivertical en la entrada del túnel.

El conductor ha dado negativo en el control de alcohol y drogas, según las fuentes consultadas por EFE.

Más allá de la versión del conductor de que se durmió -adelantada por Ser-Barcelona y confirmada por EFE-, los Mossos mantienen abierta la investigación, que se prevé extensa, con multitud de análisis y pruebas, para determinar si se confirma la hipótesis principal de la somnolencia o si también hubo otros factores concurrentes.

Cuatro heridos graves

Según la consellería de Salud, de los 47 heridos, los cuatro graves son una mujer de 28 años ingresada en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona con una lesión medular grave, un hombre de 40 años, ingresado en Can Ruti de Badalona y una mujer de 40 años y un hombre de 28 años, ingresados en el Doctor Trueta de Girona.

De los otros heridos, dos leves que estaban en Can Ruti han sido trasladados a otros centros mientras que el resto, incluido el conductor, ya han recibido el alta médica.

Paralelamente, el Servicio Catalán de Tráfico impulsará más macrocontroles de camiones y autocares, entre ellos en la C-32 y formará voluntariamente a conductores extracomunitarios de vehículos pesados para reducir la siniestralidad, según ha anunciado el director del SCT, Ramon Lamiel, en declaraciones a varios medios, entre ellos EFE.

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Un autobús con 60 pasajeros vuelca a la entrada de un túnel en Barcelona NTM / EFE

Según ha adelantado El Periódico y ha confirmado Lamiel a EFE, el SCT prevé activar este año macrocontroles de vehículos pesados -tanto camiones como autocares- en la zona del antiguo peaje de la C-32 en Arenys de Mar (Barcelona), como los que desde hace meses ya llevan a cabo en la AP-7 en La Roca el Vallès y Martorell.

Tráfico llevaba ya meses con la intención de activar estos controles también en la C-32 en el Maresme y, tras el accidente de ayer, prevé que se puedan hacer antes de acabar este año.

Lamiel ha anunciado también que el SCT ofrecerá a partir de septiembre formación voluntaria a los conductores extracomunitarios a los que la Dirección General de Tráfico (DGT) permite conducir en España con el carné de su país, ya que la siniestralidad de los camioneros de estos países ha subido un 21 %.

En concreto, según datos el SCT a los que ha tenido acceso EFE, de los 1.217 accidentes de vehículos pesados que hubo en 2019 en la red viaria interurbana de Cataluña, 163 estuvieron protagonizados por conductores de fuera de la Unión Europea.

En 2022, pese a que los accidentes de vehículos pesados bajaron hasta los 1.156, la cifra de conductores extracomunitarios implicados en los siniestros subió un 13,5 % respecto a 2019, hasta llegar a los 185.

Según los datos del SCT, el incremento todavía fue más acusado entre 2022 y 2023, con una subida del 21,1 %, con 224 conductores de camiones de origen extracomunitario implicados en los siniestros, en un año en que en total hubo 1.175 accidentes con vehículos pesados.

Según Lamiel, ante la falta de conductores profesionales en España, algunas compañías de transporte optan por contratar a conductores de países extracomunitarios.

Ante esta situación, la Generalitat ofrecerá a partir de septiembre formación voluntaria a estos conductores, con una prueba para cien personas, que se podría ampliar en función de la demanda.

Lamiel también ha insistido en pedir a las empresas de transporte público por carretera que avisen a los pasajeros de la necesidad de llevar el cinturón y la lamentado que se permita viajar de pie en algunos trayectos del entorno de Barcelona: "No tendría que ser así", ha dicho a Rac-1.