El obispo emérito de Donostia, Juan María Uriarte, fallecido este sábado a los 90 años en Bilbao, desempeñó un papel de mediador entre el Gobierno español y ETA durante la tregua que mantuvo la organización terrorista entre 1998 y 1999.

Juan María Uriarte nació en Fruniz (Bizkaia) el 7 de junio de 1933. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de  Comillas (1963) y en Psicología por la Universidad de Lovaina (1974) era el tercero de una familia de cuatro hermanos.

Fue ordenado sacerdote de la diócesis de Bilbao el 28 de julio de 1957 y su primer cargo dentro del sacerdocio fue como formador del  Seminario Menor de Bilbao entre 1957 y 1960.

El 17 de septiembre de 1976 fue nombrado Obispo titular de Marazane y Auxiliar de Bilbao, fue consagrado el 11 de octubre de ese año y desde 1978 fue miembro de la Comisión Episcopal de  Seminarios y Universidad.

En su homilía del día de la festividad del Corpus de 1980, en  junio, condenó el terrorismo y demandó de los grupos políticos e  instituciones públicas menos palabras de condena y más movilización  de recursos humanos y populares.

Al año siguiente, en septiembre de 1981, volvió a condenar tanto el terrorismo de ETA como las respuestas a esta organización, que -según Uriarte- muchas veces no estaban de acuerdo con el respeto a los derechos humanos, como por ejemplo la tortura.

En dos entrevistas posteriores, en 1981 y 1982, reconoció que hubo eclesiásticos que favorecieron o apoyaron a ETA, pero no la Iglesia.

Tráfico de drogas

Otra de sus denuncias tuvo lugar en diciembre de 1984, cuando dijo que organizaciones cercanas a ETA utilizaban habitualmente el tráfico de drogas, y anunció el paso a la acción de los obispos vascos para atajar el problema de la droga.

Pero quizá la más polémica de sus declaraciones tuvo lugar cuando, el 10 de enero de 1991, hizo pública la carta pastoral "Hermanos y amigos de los presos" en la que denunciaba las condiciones de las cárceles que se encontraban "por debajo" de los requisitos exigidos por las leyes.

Además, esta pastoral fue duramente criticada por los sindicatos de la Policía, por el calificativo de presos políticos hacia los miembros encarcelados de ETA.

El 17 de octubre de 1991 fue nombrado obispo de Zamora, en  sustitución de Eduardo Poveda, quien había renunciado al cargo por  motivos de enfermedad.

En 1993 fue elegido presidente de la Comisión Episcopal del Clero, cargo para el que fue reelegido en 1996.

El 2 de marzo de 1999 fue elegido por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, vocal del Comité Ejecutivo, con lo que pasó  también a formar parte de la Comisión Permanente.

Durante la tregua que mantuvo ETA entre el 16 de septiembre de 1998 y el 28 de noviembre de 1999, Uriarte tuvo un papel de mediador.

A finales de noviembre de 1998 se entrevistó con Jokin Etxeberrria, considerado como el lugarteniente del número dos de la organización, Mikel Albizu, Antza.

Reunión en Zúrich

Un mes después fue el encargado de transmitir a ETA la disposición del Ejecutivo español a mantener una primera reunión, y en los primeros meses de 1999 intervino en los preparativos de la reunión que mantuvieron los interlocutores de ETA y del Gobierno en mayo de 1999 en Zúrich (Suiza).

Tras este encuentro, en agosto de 1999, la Policía francesa detuvo a Exteberría y ETA emitió un comunicado en el que consideraba agotada la vía de mediación llevada a cabo por Uriarte, al creer que éste había sido objeto de seguimientos por parte de la Policía. El propio Uriarte expresó entonces su malestar por esa posible  vigilancia, que fue negada por el Ministerio del Interior.

Juan María Uriarte fue también el encargado de trasladar a ETA la respuesta del Gobierno al comunicado enviado por la banda en octubre de 1999.

Fue obispo de Zamora hasta el año 2000, cuando sustituyó a José María Setién al frente de la diócesis de San Sebastián. En 2009 le fue aceptada la renuncia por razones de edad. Uriarte fue coautor de la obra "Los retos a la familia creyente", editada en 1983. Gran aficionado al fútbol, era seguidor del Athletic.