Un año más, la división del feminismo se ha hecho patente con dos marchas enfrentadas con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Si bien, por la mañana se apelaba a la unidad, también se coreaban lemas por la abolición de la prostitución y contra la Ley Trans, que les separan de la Comisión 8M, convocante de la otra marcha que recorrió Madrid por la tarde. Este año, sin embargo, no se escucharon, como en anteriores, proclamas contra la exministra Irene Montero.

A pesar de que la voluntad de las convocantes era centrarse en la lucha contra la violencia de género, en la que incluyen la abolición de la prostitución, la lucha contra el acceso de menores a la pornografía o el fin de la explotación reproductiva, en relación a la gestación subrogada, las manifestantes también han coreado lemas contra la autodeterminación de género que recoge la Ley Trans, impulsada por Montero. 

De hecho, la marcha matutina, convocada por el Foro de Madrid, congregó a las feministas de base, consideradas clásicas o históricas. A esta manifestación asistió la ministra de Igualdad, Ana Redondo, quien apeló a la “unidad” del feminismo, al tiempo que avanzó su intención de reunirse “con todos los colectivos que, por lo que sea, se han visto distanciados en este momento”.

Redondo, que acudió junto con otras tres ministras y el titular de Interior así como compañeros de partido, advirtió de que “estar divididas es una baza que tiene Vox y la derecha”. “Es lo que pretenden, dividirnos, y no podemos caminar por esa senda”, zanjó.

Díaz, ausente

Sin embargo, el Ejecutivo español celebró de nuevo fraccionado la jornada ya que a la marcha alternativa, convocada por la Comisión 8M, acudió la recién nombrada ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, de Sumar, junto con otras compañeras de la formación. La vicepresidenta Yolanda Díaz no asistió por motivos de salud y por encontrarse con fiebre, según se explicó.

También acudió a esta marcha la exministra Irene Montero junto con el anterior equipo ministerial. “Nos podemos manifestar de muchas maneras, el movimiento feminista siempre ha tenido debates, y eso es parte de su riqueza y lo más importante es que todas asumamos nuestra responsabilidad como sociedad para acabar con todas las formas de violencia contra las mujeres y para vivir vidas libres de violencias machistas”, insistió la ex ministra.

Miles de mujeres claman contra la violencia machista con feminismo y Gobierno dividido

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Por su parte, Sira Rego auguró que el movimiento feminista volverá a estar unido porque “la lucha contra la violencia de las mujeres es un elemento que une a todo el movimiento feminista”.

La ministra aseveró el compromiso “firme e inquebrantable” del Gobierno para erradicar “todo tipo de violencia contra las mujeres”. “Seguimos viendo cifras absolutamente dramáticas, 52 mujeres han sido asesinadas este año. En la última semana hemos visto una horrible noticia de una nueva violación brutal a una menor”, lamentó. Unos hechos que, tal y como comentó, exige “un gobierno comprometido y firme ampliando derechos y reforzando la libertad de las mujeres y la erradicación contra la violencia contra las mujeres”.

Y eso que el Ejecutivo celebró de nuevo el 25N escenificando el cisma. Porque por la mañana, antes de colocarse en la primera fila en la manifestación, la ministra Redondo apostó por el “respeto y diálogo” para superar las diferencias. “Es una lucha compartida, una lucha compleja, en la que no sobra nadie”, dijo.

EL APUNTE

“La pena es que haya dos”. Entre las manifestantes se encontraba Olga, de 59 años, en silla de ruedas que lleva acudiendo a estas marchas desde hace una década. “Vengo a esta y a muchas, también a la del 8M, la pena es que haya dos. Deberían estar unificadas”, manifestó Olga por la mañana que no descartaba acudir también a la convocada por la Comisión 8M. Por su parte, David, de 45 años, explicó que lo ha debatido con su chica, y han pensado que la de la mañana se opone de forma más clara al machismo y la abolición”.