Resulta obvio y los expertos lo avisan: mucho cuidado con la exposición al sol. Pero llega el verano y con él las ganas de broncearnos.
Hay determinados alimentos, “verduras y frutas que tienen color naranja, rojo y verde oscuro, que por la cantidad de antioxidantes que tienen, contribuyen a pelear contra los radicales libres del sol, y porque tienen carotenoides, que son precursores de la vitamina A, pueden ayudarnos un poco a ponernos más morenos”.
Pero, sobre todo, lo que hay que subrayar es que “no hay ningún moreno saludable. Teóricamente no nos tendríamos que poner morenos, aunque nos ponemos”.
Además de comer “verduras de muchos coloridos que aportan muchas vitaminas y minerales”, es fundamental aplicar crema solar “sí, sí o sí” y es recomendable que sea con un factor de protección superior a 30.
También es importante llevar gorros y permanecer todo lo posible a la sombra. “Los bebés no deberían tomar el sol”, añade la experta.
Aplicación exhaustiva
La crema hay que aplicarla cada dos horas y hacerlo “muy, muy bien”. Tras un baño y después de secarnos con una toalla, debe repetirse la aplicación. “Hay que gastar botes de crema contra el sol”, asegura.
“La piel tiene memoria y hay que ser cuidadoso” porque cada año se diagnostican en el Estado 78.000 nuevos casos de cáncer de piel.
Gafas de sol
Elegir unas gafas de sol homologadas y con la CE de conformidad europea también es imprescindible en estos meses de mayor radiación solar. Además, es importante tener en cuenta el filtro solar, según la cantidad de absorción lumínica, o seleccionar el color adecuado de las lentes porque a menudo se eligen sólo por su estética, pero tal y como señalan los especialistas del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO), no se presta atención al color de sus cristales. Tienen un significado y cada color está pensado para diferentes tipos de afecciones.
Por ejemplo, las verdes están indicadas para las personas hipermétropes, ya que mejora su visión y el contraste. Por su parte, las lentes marrones están indicadas para los miopes e incluso para aquellos que están operados de cataratas o cirugía refractiva, puesto que se adecuan a los espacios de iluminación que alteran zonas de luces y sombras. También existen los cristales de color amarillo, que ofrecen una gran luminosidad y contraste. Se suelen recomendar para aquellos pacientes con enfermedades de retina y se aconseja utilizarlas en condiciones de poca luminosidad. Por otra parte, las grises, al ser un color más neutro, se recomiendan a personas con fotofobia.
Por último, unas de las más demandadas en verano son las polarizadas. Aptas sobre todo para la playa puesto que evitan deslumbramientos del mar. “Es importante saber que las gafas de sol no sólo deben proteger los ojos. Hay que elegir unas que cubran totalmente los párpados para evitar que estos se quemen y aparezcan arrugas en la piel”. – A.L./C.L.