El fuego se ha cobrado un total de 39.381,42 hectáreas de superficie en el Estado hasta el 30 de abril de 2023, casi el doble que la media de los últimos diez años y más del doble más que en los cuatro primeros meses de 2022, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Los datos reflejan que con un número similar de siniestros en cada incendio ha ardido más superficie que en 2022. En total, entre el 1 de enero y el 30 de abril ardió un 110,24 por ciento más hectáreas que la media en ese periodo desde 2013 y 2,63 veces más hectáreas que en los cuatro primeros meses del año pasado.
No obstante, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales eleva esta cifra hasta 66.573 hectáreas quemadas en el Estadp, eso sí, no solo hasta abril, sino hasta el 21 de mayo. Este volumen supone más de la mitad de todo lo quemado en la Unión Europea, donde en ese mismo plazo han ardido 118.451 hectáreas de superficie, que han supuesto la emisión a la atmósfera de 4,35 toneladas métricas de CO2, de las que dos se emitieron en el Estado.
Asimismo, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica se han contabilizado en este periodo 3.530 siniestros de los que la mayoría, 2.089, fueron conatos, que se extinguieron antes de alcanzar 1 hectárea de superficie afectada, mientras que los 1.441 restantes fueron incendios de más de 1 hectárea y de los que seis pasaron de 500 hectáreas, lo que los sitúa en la categoría de grandes incendios forestales (GIF).
Esos GIF son precisamente una de las características de lo hasta ahora transcurrido en 2023, ya que se trata del triple de grandes fuegos de media del decenio y también el triple respecto al año pasado. Solo en este decenio hubo un año, el de 2017, con mayor número de GIF en los cuatro primeros meses del año, con 7 siniestros de este tipo, mientras que 2021 se acerca, con 5. Lo normal, el resto de años desde 2013 son entre dos y tres grandes incendios forestales.
Por tipo de vegetación la mayor parte de la superficie quemada, 29.374,31 hectáreas de matorral y monte abierto; 7.681,16 hectáreas de superficie y 2.325,95 hectáreas de pastos y dehesas.
Más de la mitad de los siniestros, 53,57 por ciento se contabilizaron en el noroeste; el 28,60 por ciento en las comunidades interiores; el 17,67 por ciento en el Mediterráneo y el 0,17 por ciento en Canarias.
En estos incendios, el noroeste contabiliza el 50,97 por ciento de la superficie arbolada y el 79,51 por ciento de la superficie forestal total quemada. Mientras, en las comunidades interiores ardió el 10,35 por ciento de la superficie arbolada y el 8,56 por ciento de las comunidades interiores.
Por su parte, el Mediterráneo, con el 17,67 por ciento de los siniestros, registra el 38,67 por ciento de la superficie arbolada y el 11,93 por ciento de la superficie forestal.