Martes 25 abril de 2023. Esa es la fecha en la que el Gobierno vasco dará luz verde al Proyecto de la Ley vasca de Educación, cuyo futuro pasa ahora a manos de la Cámara Vasca. Así loha avanzado el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, en el pleno de control, foro que ha aprovechado para pedir a todos los partidos “generosidad” y amplitud de miras a la hora de abordar el debate sobre el futuro de la educación, “la apuesta más estratégica” del país. “Hoy más que nunca la educación necesita de todos”, ha dicho Bildarratz. Esta invitación abre la fase definitiva de la ley que, por primera vez, regulará el conjunto del sistema educativo vasco y no solo la red pública –como la ley de 1993– que pondrá coto a las cuotas que cobran los colegios concertados y retirará los fondos a los colegios que aún segregan por sexo.

En el ámbito lingüístico, el proyecto avanza hacia un modelo multilingüe con el euskera como eje que se articula a través de las dos lenguas oficiales y, al menos, una lengua extranjera. La principal aportación de la norma es que por vez primera se establece el nivel de euskera que debe alcanzar el alumnado al final de la educación obligatoria. Al terminar la Educación Primaria se deberá haber superado el subnivel B1; y al acabar la ESO, el nivel B2 en euskera y castellano. En la esfera de la equidad, la ley busca tejer un pacto contra la segregación escolar involucrando a todos los centros del nuevo Servicio Vasco de Educación sostenidos con fondos públicos (concertados y públicos) en la obligación de escolarizar de forma equilibrada al alumnado vulnerable.

VARIOS RETRASOS

El proyecto de ley llegará al Consejo de Gobierno del próximo martes tras acumular varios retrasos debido, en parte, al compromiso del Departamento de Educación por que el texto llegase a este punto de la tramitación tras haber escuchado y recogido las aportaciones de las formaciones políticas y de los distintos agentes que conforman la comunidad educativa vasca. En este sentido, el proyecto ha ido quemando etapas. La ley nace del Pacto Educativo del 7 de abril de 2022 alcanzado por el PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU, formaciones que suman más del 90% de los escaños del Parlamento Vasco. Unos meses más tarde, el 22 de junio, el consejero Bildarratz compareció en la Cámara de Gasteiz para presentar el calendario para ejecutar las 43 acciones contenidas en el Pacto.

Algunas de las más importantes ya han visto la luz los últimos meses, como la renovación del próximo sexenio sobre conciertos, la mejora de las condiciones laborales de las direcciones de los centros o la actualización de la planificación escolar mediante la puesta en marcha del nuevo nuevo proceso de admisión del alumnado, por el que todos los centros sostenidos con fondos públicos deben reservar un cupo de plazas para escolarizar al alumnado desfavorecido.

AVAL DEL CONSEJO ESCOLAR DE EUSKADI

En setiembre, el Gobierno vasco presentó el primer borrador de la norma que recogió 35 aportaciones de la comunidad educativa. Aunque aquel primer documento no contentó al conjunto de los agentes, el texto obtuvo el aval de la “mayoría” del Consejo Escolar de Euskadi el 20 de octubre, si bien propuso una treintena de mejoras. Aquel dictamen también concitó sendos votos particulares contra la norma suscritos por CC.OO. y Steilas y las asociaciones de familias de la escuela pública Baikara y Bige. Uno de los tres motivos esgrimidos por estas cuatro organizaciones para pedir la retirada del borrador era que el anteproyecto de ley no había tenido en cuenta el informe jurídico preceptivo que debía elaborar la Dirección de régimen jurídico y servicios de la Viceconsejería de Administración y Servicios del Departamento de Educación.

La falta de ese informe jurídico habría motivado los sucesivos retrasos que han sufrido las fechas que el propio Jokin Bildarrratz ha ido dando para la aprobación del proyecto de ley: noviembre de 2022, navidades de 2022 y primer trimestre de 2023. Bien, la espera ha llegado a su fin. El proximo martes el Gobierno vasco aprobará en el Consejo de Gobierno el Anteproyecto de la Ley vasca de Educación.

Y en esta línea, el consejero ha considerado que ahora se abre una fase “histórica e ilusionante”, dado que se trata de un proyecto que pretende dar respuesta a algunos de los “grandes desafíos” de la sociedad. Por ese motivo,ha mostrado su confianza en que la ley que salga del Parlamento sea fruto de un ejercicio de “colaboración, acuerdo y responsabilidad”. Así, pidió a los grupos que afronten el debate desde una perspectiva “amplia” y con “generosidad”.