El Estado cierra el año con cerca de 310.000 hectáreas forestales arrasadas por el fuego, el 40 % del total ardido en la Unión Europea (UE), según datos satelitales, que sitúan a 2022 como el peor ejercicio en cuanto a incendios en el país en lo que va de siglo y el quinto peor desde que existen registros.
Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés), que basa sus estimaciones en imágenes satelitales de Copernicus, la superficie forestal ardida en el Estado ascendió a 308.112 hectáreas, 3,6 veces más que en 2021 y muy por encima de la cifra media entre 2006 y 2021 (66.793 hectáreas).
Año pésimo en todo Europa
En la UE, los incendios afectaron a 786.049 hectáreas, el 39 % de ellas en el Estado, que fue el estado miembro más castigado por las llamas, por delante de Rumanía (154.772 hectáreas), Portugal (104.379), Francia (66.393) e Italia (58.879), según datos a 24 de diciembre.
Estos fuegos liberaron a la atmósfera 28 millones de toneladas de CO2, 11 millones de ellas desde el Estado, donde las emisiones más que duplicaron la media registrada entre 2006 y 2021 (4,76 millones de toneladas).
Así, el Estado se enfrentó en 2022 a la peor ola de incendios de la serie histórica que maneja EFFIS (iniciada en 2006), hasta ahora liderada por 2012, cuando ardieron 189.376 hectáreas.
Según los registros del Ministerio para la Transición Ecológica, que se remontan a 1968, el peor año de incendios forestales de la historia de España fue 1985, con 484.475 hectáreas arrasadas. En todo 2012, ardieron 218.956 y la barrera de las 400.00 hectáreas también se superó en 1978, en 1.989 y en 1.994.
56 grandes incendios
El Gobierno elabora sus estadísticas con datos aportados por las comunidades autónomas, que, provisionalmente, sitúan la superficie forestal ardida hasta el 30 de noviembre en 267.383,59 hectáreas, cerca del 1 % de la superficie forestal nacional.
En total, en el Estado se registraron 56 grandes incendios forestales (aquellos que superan las 500 hectáreas), la misma cifra que en 2017 y más del doble que en 2021, reflejo de la virulencia alcanzada este verano por los fuegos.
La afectación real de un incendio puede tardar años en conocerse y para una mayor precisión deben hacerse mediciones sobre el terreno, según los expertos, por lo que las cifras definitivas pueden variar.
Entre los incendios más devastadores del año, los desatados en las localidades zamoranas de Losacio, que se cobró la vida de cuatro personas, y Serracín de Alistes, que juntos arrasaron 56.000 hectáreas, gran parte de ellas en la Sierra de la Culebra.
La campaña más agresiva desde que existe la UME
En este contexto, la Unidad Militar de Emergencias (UME) efectuó 57 intervenciones en fuegos sólo en verano, con lo que la campaña de incendios fue la más agresiva desde su entrada en operación, en 2007.
La UME interviene en las labores de extinción de un fuego cuando las comunidades autónomas ven superados sus medios y lo solicitan ante su peligrosidad (amenaza poblaciones) o su elevada extensión.
Este año ha sido "el año del fuego", señala la UME en un resumen de actividad, en el que recuerda que la sequía y las altas temperaturas provocaron incendios de grandes dimensiones y dificultaron las tareas de extinción.
Muchos de los incendios fueron de "sexta generación", aquellos capaces de modificar la meteorología del lugar y que superan la capacidad de extinción por la cantidad de energía que liberan.
La simultaneidad de incendios forestales en el territorio nacional obligó a movilizar a la vez a los cinco BIEM (Batallón de Intervención en Emergencias) existentes en varias ocasiones, según la UME.
Hasta la fecha, 2012 y 2017 son los años con más activaciones por incendios forestales de la UME –59 y 56, respectivamente–, pero no todas estas emergencias se produjeron durante la época estival, como sí sucedió este 2022, según la misma fuente