La principal línea de investigación sobre la desaparición de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, el pasado 8 de noviembre en el entorno de Cabo Peñas, en Asturias, es la desaparición voluntaria, "y desgraciadamente encontrarla en el mar", pero sin descartar "ninguna otra posibilidad".

Así lo ha apuntado este jueves el comisario jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Gijón, Jesús Marco Riaño, quien ha indicado que "estamos trabajando en todas las líneas, pero la principal es la de la desaparición voluntaria en el entorno en el que apareció su vehículo".

Efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEOS) y la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional retomaron ayer la búsqueda por mar en la zona de acantilados de Cabo Peñas después de que hace días se encontrara una camisa "susceptible" de ser de Sandra.

La prenda no ha sido reconocida por la familia, que reside en Madrid mientras que ella llevaba dos años trabajando y viviendo en Gijón.

Se trata de una camisa blanca de "una marca superconocida" que "puede ser de ella o no", y para tratar de averiguarlo se ha recurrido a unas pruebas de ADN que aún no han dado resultado.

La prenda fue encontrada "a medio precipicio", a unos 200 metros de la zona donde inicialmente se buscó, y las labores de rastreo se centran ahora en esa vertical de los acantilados.

Riaño ha reconocido que la labor es "como buscar una aguja en un pajar", puesto que esta zona de acantilados está llena de cuevas y de pequeñas playas a las que no es fácil acceder, y ha recordado que "hay gente desaparecida desde hace años en el entorno de Cabo Peñas" de la que no se ha encontrado los cuerpos.

El mando policial, que ha abogado por "evitar cualquier tipo de especulaciones gratuitas" porque la familia de Sandra está sufriendo, ha dicho que lo que se pretende es apurar "una más de las posibilidades que se barajan en la investigación".

Riaño ha insistido ante los periodistas que la principal línea de investigación es "la desaparición voluntaria en el entorno de Cabo Peñas", si bien "no se descarta ninguna otra posibilidad, ni de desapariciones voluntarias ni de ningún otro tipo de desapariciones".

La pista de Sandra Bermejo se perdió sobre las 17:00 horas del 8 de noviembre, cuando la señal de su teléfono móvil fue localizada por un repetidor en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, en el vértice que se encuentra tras el faro del Cabo Peñas y donde fue encontrado su vehículo, en cuyo interior se encontraba su bolso con la documentación y las tarjetas bancarias.

Riaño ha apuntado que el coche fue localizado en uno de los aparcamientos de la zona "perfectamente cerrado" y sin signos de violencia, mientras que el móvil no se ha encontrado ni tampoco hay indicios de que haya vuelto a funcionar.

El comisario jefe ha avanzado que el próximo fin de semana volverá a realizarse un rastreo por tierra en el entorno donde apareció el vehículo de Sandra.

Aunque Riaño no se ha pronunciado hoy sobre ello, fuentes policiales apuntaron días atrás que los investigadores también están indagando sobre los últimos movimientos de la joven y sus contactos en las redes sociales.

Al parecer, la joven había mantenido hacía tiempo vínculos con grupos espirituales, como ratificó el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, quien recordó que el día de su desaparición se celebraba el ritual de la luna de sangre, en el que algunos de estos grupos suelen utilizar ayahuasca, una medicina tradicional utilizada habitualmente por los chamanes y que tiene efectos alucinógenos.

La familia de Sandra rechaza la posibilidad del suicidio, por tratarse de una persona alegre y con una vida organizada, y también pone en duda la hipótesis del accidente, ya que la joven conocía bien esa zona de la costa asturiana.