La Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, ha calificado de "histórico" el reciente episodio de ola de calor que ha tenido lugar entre los días 11 y 18 de julio, ya que nunca antes había registrado valores tan elevados en ningún mes del año. Prueba de lo extraordinario de la situación se refleja en el elevado número de efemérides alcanzadas para un mes de julio en 80 estaciones, de las 140 que posee Euskalmet, siendo algunas de ellas de carácter anual en 17 estaciones.

En relación a las efemérides registradas para un mes de julio, destacan los 43,5ºC alcanzados en la estación de Gardea (Llodio), los 42,9ºC en Arrasate y Saratxo (Amurrio), y los 42,4ºC en Ordunte y Orozko. En cuanto a las efemérides registradas con carácter anual sobresalen, a su vez, los 42,9ºC medidos en la estación de Arrasate, 42,4ºC en Ordunte, 42,3ºC en San Prudentzio (Bergara) y 42,1ºC en Behobia (Irun).

Según ha informado Euskalmet, en relación al riesgo de incendios forestales, no fueron únicamente las altas temperaturas en sí mismas las que generaron la amenaza de posibles incendios forestales, ya que a este factor hubo que sumar el "gran estrés" sufrido por la vegetación, especialmente en Araba, y la coincidencia con el periodo de cosecha del cereal. Debido a todo ello, el Gobierno Vasco adoptó por primera vez medidas sancionadoras que tuvieron su reflejo en el sistema de avisos, alertas y alarmas.

A lo largo del episodio, el Gobierno vasco emitió 20 avisos amarillos por temperaturas altas persistentes, temperaturas altas extremas, riesgo de incendios forestales y galernas, 14 alertas naranjas por temperaturas altas persistentes, temperaturas altas extremas y riesgo de incendios forestales y cinco alarmas rojas por temperaturas altas extremas y riesgo de incendios forestales.

El episodio de calor empezó a finalizar al mediodía del día 18 con un giro de viento que se produjo inicialmente en el oeste de Bizkaia y que posteriormente alcanzó a lo largo de la jornada al resto del territorio, con la excepción de la zona correspondiente al Eje del Ebro. El cambio de viento provocó descensos térmicos notables, llegando a descender en tan solo veinte minutos hasta 15ºC en algunas estaciones costeras.