Tos, presión en el pecho, falta de aire, pitos o ahogo. En España hay más de tres millones de personas que padecen asma, una enfermedad crónica que afecta al aparato respiratorio y que da lugar a síntomas muy molestos que deterioran la calidad de vida.

Los pacientes infantiles y los adolescentes son los que más sufren las consecuencias del asma. En el Estado, cerca del 10% de niños entre 6 y 7 años, y el 15% de adolescentes de entre 13 y 14 años padecen el problema, siendo esta enfermedad la fuente principal de hospitalizaciones en menores y el mayor motivo de absentismo escolar. Para visibilizar esta patología, cada 3 de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma ya que esta dolencia genera un consumo "muy importante" de recursos humanos y materiales.

El asma es la enfermedad crónica más común de la infancia y en la mayor parte de casos es de causa alérgica, por lo que es fundamental el estudio alergológico y valorar la posibilidad de administrar vacunas alergénicas cuando esté indicado.

El presidente de SEAIC, Antonio Valero, señala que la detección del asma en la edad pediátrica "es clave para la salud del niño" y es "fundamental que esté controlado y que lleve un seguimiento por parte del especialista en todas las etapas de la vida".

"Educar a los pacientes y concienciar a la sociedad sobre patologías como el asma y la alergia es fundamental para lograr un abordaje correcto de ambas enfermedades. Conocer las implicaciones que tiene el asma en la vida de aquellos que la padecen y conocer la relación y diferencias entre asma y alergia puede ayudar a lograr una mejor calidad de vida de estos, sobre todo en esta época del año en el que los episodios de alergia aumentan notablemente", afirma el doctor Juan Álvarez, director médico de Pfizer España.

HOJA DE RUTA PARA ADOLESCENTES

Para poder frenar su avance, cuatro sociedades científicas han lanzado un documento de consenso, conocido con el nombre de STAR, que constituye la primera hoja de ruta en España para garantizar una correcta atención a los pacientes adolescentes con asma grave en el proceso de transición de las unidades pediátricas a las de adulto. Saber diferenciar correctamente qué es el asma y la alergia es fundamental para lograr un abordaje correcto de ambas.

Por ello, este documento está pensado para que el paciente adolescente adquiera autonomía en el manejo del asma grave y los tratamientos prescritos. El proceso se inicia a partir de los 14 años y dura unos ocho meses y medio, período durante el cual los equipos pediátricos y de adultos comparten información clínica y deben coordinarse para mantener a raya la enfermedad.